Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En el mundo del béisbol, los mitos y las supersticiones a menudo reinan supremos, cautivando tanto a los aficionados como a los jugadores. Desde la maldición del Bambino hasta la infame resaca del Home Run Derby, el deporte está lleno de narrativas que parecen desafiar la lógica convencional. Sin embargo, un análisis más detallado de los números revela que la llamada maldición del Home Run Derby puede que no sea tan ominosa como parece. Durante años, el Home Run Derby ha estado asociado con un fenómeno en el que los participantes experimentan un declive en su poder de bateo en la segunda mitad de la temporada. Las estadísticas parecen respaldar esta teoría, con un 68 por ciento de los participantes en el Derby desde 2016 bateando menos jonrones por aparición en el plato después del descanso del Juego de las Estrellas. Pero resulta que hay más en esta historia de lo que parece a simple vista. La clave está en entender la diferencia entre la tasa de elevados de un bateador y la tasa a la cual esos elevados se convierten en jonrones. Mientras que la tasa de elevados de un jugador tiende a permanecer relativamente estable a lo largo de una temporada, la tasa a la que los elevados se convierten en jonrones está sujeta a factores como los estadios, el clima y la pura suerte. Esta variabilidad puede llevar a fluctuaciones en los números de poder de un jugador, creando la ilusión de una maldición cuando en realidad, simplemente se trata de una regresión a la media. Jugadores como Bobby Abreu y David Wright han sido los protagonistas de la maldición del Home Run Derby, experimentando una disminución significativa en su producción de jonrones después de participar en el evento. Sin embargo, un análisis más detallado revela que su declive no se debió a un cambio fundamental en su mecánica de bateo, sino más bien a una reversión natural a niveles de rendimiento más sostenibles. Mientras nos preparamos para el Home Run Derby de 2024, todas las miradas están puestas en jóvenes fenómenos como Gunnar Henderson y Bobby Witt Jr. Henderson, que ha estado arrasando en la liga con una impresionante tasa de jonrones, podría estar a punto de experimentar una regresión a la media en la segunda mitad de la temporada. Por otro lado, los números de poder más modestos de Witt sugieren que podría estar listo para destacar en los próximos meses. Si bien la atracción de predecir el resultado del Derby es innegable, es esencial recordar que el béisbol es un juego de incertidumbres, donde incluso las narrativas más convincentes pueden ser desacreditadas por la fría y dura verdad de las estadísticas. Así que mientras observamos el Derby desarrollarse en Arlington, Texas, disfrutemos del drama y la emoción del momento, pero mantengamos en mente el siempre presente espectro de la regresión a la media.