Juan Brignardello Vela
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A medida que la emoción crece por la próxima Euro 2024 y la Copa América, las listas preliminares para el torneo de fútbol masculino de los Juegos Olímpicos en París están causando un gran revuelo. Pero este año, muchos jugadores de alto perfil están siendo negados la oportunidad de representar a sus países en los Juegos Olímpicos por parte de sus clubes. Thierry Henry, el entrenador del equipo olímpico de fútbol de Francia, expresó su frustración con el proceso de selección, con jugadores destacados como Kylian Mbappé siendo bloqueados por sus clubes para participar. También se les ha negado el permiso a jugadores como Enzo Fernández y Mykhailo Mudryk para jugar por Argentina y Ucrania, respectivamente. La raíz de este problema radica en las reglas de la FIFA, que no exigen a los clubes liberar a los jugadores para los Juegos Olímpicos al no entrar en la ventana oficial de partidos internacionales de fútbol. Esto contrasta con otros torneos importantes como la Eurocopa y la Copa América. Los clubes están protegiendo comprensiblemente sus propios intereses, ya que la participación en los Juegos Olímpicos podría significar una carga de trabajo mayor para sus jugadores valiosos, especialmente aquellos que ya están comprometidos con la Euro 2024 o la Copa América. El caso de Pedri del Barcelona sirve como una advertencia, ya que su apretada agenda en 2021 resultó en problemas físicos en la temporada siguiente. Muchos clubes prefieren no arriesgarse a sobrecargar a sus jugadores, especialmente cuando el torneo de fútbol olímpico coincide con sus pretemporadas, afectando su condición física y períodos de descanso potenciales. Aunque la mayoría de los clubes manejan la participación de los jugadores caso por caso, pueden surgir tensiones cuando los jugadores estrella están ansiosos por representar a sus países en los Juegos Olímpicos. La historia de los clubes negociando la liberación de jugadores para los Juegos Olímpicos se remonta a casos como la participación de Lionel Messi en los Juegos de 2008 y la de Neymar en la edición de 2016. A pesar de la pasión que los jugadores pueden tener por los Juegos Olímpicos, al final son los clubes los que tienen la última palabra. El torneo de fútbol olímpico masculino, limitado a jugadores menores de 23 años con hasta tres jugadores mayores, ocupa un espacio único en el mundo del fútbol, a menudo visto como una competición juvenil con menos estrellas en comparación con el torneo femenino. Mirando hacia París 2024, la ausencia de jugadores como Mbappé destaca los desafíos que enfrenta el torneo de fútbol masculino de los Juegos Olímpicos de este año. Con decisiones clave pendientes de clubes y naciones sobre la disponibilidad de jugadores, es posible que el evento dependa de talentos emergentes en lugar de estrellas establecidas para captar la atención.