El camino hacia la victoria de Modi en las elecciones de la India

El primer ministro Narendra Modi está en camino hacia una cómoda victoria en las elecciones de la India, cuyo escrutinio comenzó este martes con resultados previstos para el mismo día. Después de una década promoviendo su agenda nacionalista hindú, Modi, de 73 años, se dirige a un tercer mandato a pesar de las acusaciones de la oposición y las preocupaciones por los derechos de las minorías religiosas en el país. Un total de 642 millones de personas participaron en estos comicios, que se llevaron a cabo en siete fases a lo largo de seis semanas, representando un desafío logístico debido a la complejidad de organizar elecciones en la nación más poblada del mundo. Durante el fin de semana, tras el cierre de los últimos colegios electorales, Modi expresó su confianza en que la gente en la India había votado en números récord a favor de su gobierno. Desde antes de la apertura de las urnas a mediados de abril, los analistas ya preveían una clara victoria de Modi, que ha mantenido una amplia popularidad después de más de una década en el poder. Sus opositores han tenido dificultades para contrarrestar la fuerza de su partido Bharatiya Janata (BJP) y se han enfrentado a procesos judiciales que denuncian como parte de una campaña política de Modi contra la disidencia. Por ejemplo, el caso del ministro principal de la capital, Nueva Delhi, Arvind Kejriwal, detenido en marzo por corrupción, liberado en mayo para la campaña electoral y encarcelado nuevamente el domingo, ha sido destacado por los opositores como un ejemplo de represión política. Kejriwal, una figura clave de la alianza opositora conformada para frenar a Modi, afirmó que "cuando el poder se transforma en dictadura, la prisión se convierte en una obligación". La política de Modi también ha despertado recelos entre la minoría religiosa de más de 200 millones de musulmanes en la India, quienes se sienten inquietos por su futuro en un país constitucionalmente secular. Durante la campaña electoral, Modi se refirió a los musulmanes como "infiltrados", intensificando los temores de esta comunidad. Las elecciones representaron un desafío logístico en este vasto país, con urnas distribuidas en megaciudades como Nueva Delhi y Bombay, así como en zonas forestales remotas y en la conflictiva región de Cachemira, a los pies del Himalaya. Para facilitar el recuento, se utilizaron máquinas de votación electrónica, lo que permitirá un anuncio rápido de los resultados. El escrutinio comenzó a las 08:00 locales en los centros de recuento de cada estado, donde los datos se ingresaron en computadoras. Las principales cadenas televisivas indias desplegaron reporteros en cada centro para anunciar los resultados de los 543 escaños de la Cámara Baja del Parlamento lo más rápido posible. Si los pronósticos de los sondeos a pie de urna se confirman, el BJP y sus aliados obtendrían al menos 355 escaños, lo que desencadenaría celebraciones en la sede del partido de Modi. Aunque la participación en estas elecciones cayó ligeramente en comparación con las anteriores, se registró un "récord mundial" de 642 millones de votos, según el jefe de la comisión electoral. Sin embargo, este declive en la participación se atribuye en parte a las altas temperaturas registradas en el norte de la India en las últimas semanas, con temperaturas que rondaban los 45 ºC. Trágicamente, al menos 33 empleados electorales perdieron la vida debido a golpes de calor en el estado de Uttar Pradesh, donde el termómetro alcanzó los 46,9 ºC, destacando los desafíos y las condiciones extremas en las que se llevaron a cabo estas elecciones.