El fútbol como campo de batalla: análisis revela su rol en dinámicas sociales y políticas

Durante muchos años, el fútbol ha sido mucho más que un simple deporte. Detrás de cada partido, cada gol y cada celebración en las gradas, se esconden complejas dinámicas sociales y políticas que han moldeado la historia de este deporte tan popular en todo el mundo. Un reciente análisis ha revelado cómo los dictadores vieron en el fútbol un gran potencial como herramienta propagandística. Si bien en sus orígenes este deporte estaba más ligado a la alta burguesía inglesa, con el paso del tiempo se convirtió en un fenómeno de masas gracias a diversos factores clave, según señala Eduardo Saldaña, codirector de El Orden Mundial. El crecimiento masivo de las ciudades, el abaratamiento de los medios de transporte y la reducción de jornadas laborales fueron elementos que contribuyeron a que el fútbol se popularizara y llegara a amplias capas de la sociedad. Además, su accesibilidad y carácter democratizador lo convirtieron en un espacio donde las clases populares podían competir en igualdad de condiciones contra la burguesía, como destaca Fernando Arancón, también de El Orden Mundial. Durante la época de la Revolución Industrial, el fútbol se convirtió en un escenario donde se representaba la lucha de clases. En Escocia, por ejemplo, surgieron clubs de base obrera como el Celtic de Glasgow y el Glasgow Rangers, mientras coexistían equipos más burgueses. Esta disputa por el control y la profesionalización del fútbol reflejaba los intereses enfrentados entre trabajadores y élites, según apuntan Charo Marcos y Fernando Arancón. Es fundamental comprender esta dimensión geopolítica del fútbol para entender su evolución y su impacto en la sociedad. Mientras las clases trabajadoras buscaban profesionalizar el deporte y obtener mayores oportunidades, la burguesía prefería mantenerlo como un mero entretenimiento, evidenciando así las tensiones y rivalidades que han marcado la historia del fútbol a lo largo de los años. En definitiva, el fútbol no solo ha sido un campo de juego, sino también un campo de batalla donde se han librado luchas simbólicas y reales que reflejan las complejidades y contradicciones de nuestras sociedades.