Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Katmandú experimentó un temblor en la madrugada del sábado cuando un terremoto de magnitud 4.8 sacudió la región, con su epicentro localizado cerca de la aldea de Pandusain en el distrito de Bajura, en el noroeste de Nepal. El Centro Nacional de Sismología informó que el terremoto ocurrió a las 3:59 am, hora estándar de India, originándose a una profundidad de 10 kilómetros bajo la superficie de la tierra, en coordenadas 29.17 de latitud norte y 81.59 de longitud este. Afortunadamente, los informes iniciales indican que no ha habido víctimas ni daños significativos a la infraestructura como resultado de este evento sísmico. Sin embargo, la ocurrencia sirve como un recordatorio claro del persistente riesgo de terremotos que acecha a Nepal, una nación situada en una zona sísmicamente activa. La ubicación geográfica de Nepal lo hace altamente susceptible a los terremotos, una realidad subrayada por la Sociedad Nacional para la Tecnología de Terremotos (NSET). Esta organización señala que la mayoría de los terremotos del mundo ocurren a lo largo del cinturón circumpacífico y el cinturón alpino, que incluye regiones como el Himalaya y las Indias Orientales. Estas áreas se caracterizan por una actividad tectónica dinámica en los límites de las placas tectónicas, donde se concentra aproximadamente el 95% de la actividad sísmica. Los datos históricos de la NSET destacan la alarmante frecuencia de terremotos significativos en Nepal. En promedio, el país puede esperar dos grandes terremotos, que registren entre 7.5 y 8 en la escala de Richter, aproximadamente cada 40 años. Además, se predice que un terremoto catastrófico de magnitud 8 puede golpear la región aproximadamente cada 80 años. Mientras la nación procesa los temblores de este último terremoto, sirve como un importante recordatorio tanto para las autoridades locales como para los residentes de permanecer vigilantes y preparados ante la posibilidad de futuros eventos sísmicos. La conciencia, la preparación y los mecanismos de respuesta oportuna son cruciales para mitigar riesgos y garantizar la seguridad en una región que no es ajena a los devastadores impactos de los terremotos.