Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El reciente y devastador terremoto en Vanuatu ha dejado un profundo impacto en esta pequeña nación del Pacífico, marcando un capítulo trágico en su historia. Con una magnitud de 7.3, el sismo ocurrió el martes, cobrando la vida de al menos 14 personas e hiriendo a más de 200, según informó la Cruz Roja. Entre los fallecidos se encuentra una joven madre identificada solo como Valerie, cuya trágica pérdida resuena profundamente en la comunidad australiana, destacando los fuertes lazos entre ambos países. Valerie había regresado recientemente a Vanuatu tras un período de trabajo de nueve meses en Queensland, y su muerte prematura en el colapso de un edificio subraya el costo personal de este desastre. Rodney Prestia, el director ejecutivo de una empresa de contratación de mano de obra que la había empleado, expresó el shock y el dolor que siente su equipo, describiendo la situación como una "tragedia absoluta". A medida que comenzaron los esfuerzos de rescate, el Primer Ministro australiano Anthony Albanese anunció el despliegue de equipos de rescate y médicos a Port Vila. Reconoció el largo camino de recuperación que les espera a los habitantes de Vanuatu y reiteró la disposición de Australia para ayudar a sus vecinos del Pacífico en momentos de necesidad. Los testimonios de testigos pintan un vívido retrato del caos inmediato provocado por el terremoto. Tim Cutler, quien se encontraba en una cafetería durante el temblor, describió la creciente intensidad de las sacudidas, que pasaron de ser un temblor familiar a un violento upheaval. Su perspectiva encapsula la experiencia surrealista que muchos vivieron mientras lidiaban con la ferocidad del terremoto: escombros voladores, transeúntes en pánico y una palpable sensación de miedo. Con la reapertura del aeropuerto de Port Vila el miércoles, la asistencia internacional comenzó a fluir hacia la región, incluyendo personal de los equipos de bomberos y rescate de Queensland y Nueva Gales del Sur. Los esfuerzos se centran en localizar a las personas atrapadas en los escombros y proporcionar apoyo médico a los heridos. El Superintendente Jefe Douglas May, que lidera la fuerza de tarea australiana, enfatizó la urgencia de su misión: "En última instancia, sabemos que hay vidas que salvar allí en este momento". El impacto psicológico del terremoto también es significativo. La oficial de protección infantil de UNICEF, Rebecca Olul, compartió su experiencia de ser lanzada al suelo cuando ocurrió el sismo, destacando el miedo persistente entre la población que permanece cautelosa ante posibles réplicas. Muchos residentes han buscado refugio al aire libre, optando por quedarse en parques o bajo árboles, inseguros de la estabilidad de su entorno. A medida que Vanuatu comienza el arduo proceso de recuperación, hay una necesidad urgente de apoyo internacional para restaurar la infraestructura vital y proporcionar asistencia continua. La situación sigue siendo fluida, con agencias locales e internacionales movilizándose para abordar las consecuencias inmediatas mientras se preparan para los esfuerzos de recuperación a largo plazo. Frente a tal adversidad, el vínculo entre Australia y Vanuatu es más evidente que nunca. Prestia, quien reestructuró su negocio para emplear a vanuatuenses durante la pandemia, insta a los australianos a visitar la nación insular cuando sea seguro hacerlo, reforzando la noción de que el apoyo puede venir en diversas formas. La resiliencia del pueblo vanuatuense, junto con la solidaridad internacional, será crucial mientras navegan por el camino que tienen por delante, reclamando sus vidas de los escombros del desastre.