Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La evolución continua de los roles de género en la fuerza laboral está adquiriendo nuevas dimensiones a medida que los hombres ingresan cada vez más a profesiones tradicionalmente dominadas por mujeres, particularmente en el sector del cuidado. Este cambio no solo es una respuesta a las realidades económicas, sino que también significa una transformación social más amplia que podría ayudar a cerrar las disparidades de género. En su influyente libro "El fin de los hombres", Hanna Rosin introdujo la dinámica convincente de la "Mujer Plástica" y el "Hombre de Cartón". Este marco ilustra la adaptabilidad y el progreso de las mujeres en la fuerza laboral en las últimas décadas, contrastándolo con la estancación observada entre los hombres. Las mujeres han pasado de una participación limitada en la fuerza laboral a convertirse en contribuyentes económicas clave y cuidadoras, mientras que muchos hombres se han aferrado a nociones tradicionales de masculinidad ligadas al trabajo físico. Esta rigidez, argumenta Rosin, plantea una pregunta importante sobre la identidad en evolución de los hombres en un mercado laboral cambiante. Estadísticas recientes indican que el Hombre de Cartón está comenzando a suavizarse, como lo evidencia un aumento significativo en el número de enfermeros registrados hombres, que casi se ha triplicado desde principios de la década de 2000. Este crecimiento refleja una recalibración necesaria en cómo los hombres abordan las elecciones de carrera, particularmente a medida que los roles en la manufactura disminuyen y las posiciones en el sector salud se expanden. El panorama económico ha cambiado, y los hombres están reconociendo cada vez más la viabilidad y la importancia de asumir roles en sectores históricamente femeninos como la enfermería, la enseñanza y el servicio al cliente. A medida que el mercado laboral se transforma, los hombres ya no están definidos únicamente por sus roles como proveedores o trabajadores. Muchos están ingresando a la profesión de enfermería como una segunda carrera, a menudo después del servicio militar, lo que sugiere una creciente disposición a abrazar roles de cuidado tras despojarse de estereotipos obsoletos. Esta tendencia presenta una oportunidad prometedora para cambiar la narrativa en torno a los hombres como cuidadores, tanto en la fuerza laboral como en el hogar. Sin embargo, la afluencia de hombres en estos campos también plantea preocupaciones sobre la posible devaluación de las profesiones. La investigación indica que cuando las mujeres dominan un campo, los salarios a menudo disminuyen, reforzando la idea de que los roles de cuidado son subvalorados. Es esencial que la sociedad trabaje no solo para integrar a más hombres en estos sectores, sino también para valorar el trabajo en sí. Reconocer la importancia de los trabajos de cuidado es crucial, especialmente a medida que nuestra población envejece y demanda más profesionales de la salud. El panorama actual presenta una oportunidad única para remodelar las percepciones sociales en torno al cuidado. A medida que más hombres asumen tales roles, pueden ayudar a elevar el estatus de las profesiones asociadas con el trabajo de cuidado. Este cambio también podría fomentar un cambio cultural hacia responsabilidades compartidas en el hogar, normalizando el cuidado como una actividad neutral en cuanto al género. El éxito en este esfuerzo no ocurrirá de la noche a la mañana, y la narrativa social en torno a la masculinidad requerirá un esfuerzo continuo y visibilidad. Tanto hombres como mujeres deben abogar por una comprensión redefinida de los roles de cuidado, enfatizando la virtud y el valor de participar en el cuidado de familias y comunidades. Si bien algunas personas pueden aferrarse a nociones tradicionales de masculinidad, la mayoría de los hombres de hoy tienen una comprensión más matizada de sus roles en la sociedad. A medida que el panorama continúa evolucionando, la esperanza es que veamos un futuro donde el cuidado sea celebrado, independientemente del género, y donde los hombres sean reconocidos por sus contribuciones tanto en el trabajo como en el hogar. Esta transformación no solo beneficiará a los individuos, sino que también podría llevar a una sociedad más equitativa en su conjunto, donde las barreras entre los roles de género tradicionales continúen disolviéndose.