Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Rebecca Cheptegei, una destacada atleta olímpica ugandesa, ha fallecido a los 33 años tras sufrir un brutal ataque en el que un hombre, con quien mantenía una relación, le prendió fuego. Este trágico suceso, que ha conmocionado a la comunidad deportiva y a los defensores de los derechos de las mujeres, ocurrió el pasado domingo en Kenia, donde Cheptegei había estado compitiendo en el maratón femenino de los Juegos Olímpicos de París. Cheptegei fue ingresada en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Universitario y de Referencia Moi en Eldoret, donde se le diagnosticaron graves quemaduras que afectaron al 80% de su cuerpo, así como complicaciones por inhalación de humo. A pesar de los esfuerzos médicos, su condición se deterioró y finalmente sufrió un fallo multiorgánico que provocó su muerte el jueves. La noticia ha generado una ola de indignación, especialmente en el contexto de la creciente violencia de género en la región. Las autoridades han indicado que se prevé acusar a Dickson Ndiema, el presunto agresor, de asesinato. Según los informes, Ndiema también sufrió quemaduras en el 30% de su cuerpo y actualmente se encuentra bajo tratamiento en el mismo hospital. La policía ha señalado que el ataque se produjo tras una discusión entre ambos, lo que pone de relieve la trágica realidad de muchas mujeres que enfrentan violencia en sus relaciones personales. La muerte de Cheptegei ha puesto de manifiesto un patrón alarmante de feminicidios en Kenia, donde se han reportado al menos 500 casos de asesinatos de mujeres entre 2016 y 2023, según un informe de Africa Data Hub. Las organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres han expresado su horror ante el incidente y han señalado que es un reflejo de la cultura de violencia que persiste en el país y en todo el continente africano. El padre de Cheptegei, Joseph, ha declarado a los medios que había alertado a la policía sobre las amenazas de Ndiema hacia su hija, lo que revela la falta de atención que a menudo reciben las denuncias de violencia de género. Las autoridades, en lugar de tomar medidas preventivas, parecen haber minimizado las advertencias, lo que ha llevado a una tragedia devastadora. El organismo internacional que regula el deporte, World Athletics, ha expresado su conmoción por la muerte de Cheptegei, calificando el incidente como un presunto ataque de abuso doméstico. La comunidad deportiva ha perdido a una atleta talentosa, cuya carrera prometía aún más logros en el futuro. Cheptegei había logrado destacarse en el maratón y otros eventos de larga distancia, dejando una marca importante en el deporte ugandés. Este trágico evento resalta la creciente preocupación por la seguridad de las mujeres en el ámbito deportivo. La violencia de género afecta a las atletas no solo en su vida personal, sino también en su potencial para representar a sus países en competiciones internacionales. El caso de Cheptegei es solo uno de muchos, ya que el deporte ha sido testigo de otros asesinatos de mujeres atletas, como el de Agnes Jebet Tirop en 2021. Activistas han hecho un llamado a las autoridades para que se tomen en serio las denuncias de violencia de género y se implementen medidas efectivas para proteger a las mujeres. La directora ejecutiva de Usikimye, Njeri wa Migwi, ha subrayado la necesidad de una respuesta rápida y contundente ante casos de violencia, insistiendo en que las vidas de las mujeres deben ser valoradas y protegidas. La indignación ha llevado a vigils en memoria de Cheptegei, donde mujeres de diversas comunidades se han reunido para recordar su vida y clamar por justicia. La lucha por la igualdad de derechos y la seguridad de las mujeres continúa siendo un desafío en la sociedad africana, y es imperativo que se tomen medidas para erradicar la violencia de género. Como sociedad, debemos reflexionar sobre estas tragedias y trabajar juntos para crear un entorno seguro donde las mujeres puedan vivir y prosperar sin miedo a la violencia. La historia de Rebecca Cheptegei no debe ser solo un recuerdo trágico, sino un llamado a la acción para garantizar que ninguna mujer tenga que enfrentar lo que ella vivió.