El atletismo enfrenta una crisis de dopaje: un desafío para la integridad antes de los Juegos Olímpicos de París.

El atletismo enfrenta una crisis de dopaje: un desafío para la integridad antes de los Juegos Olímpicos de París.

El atletismo enfrenta un aumento en las violaciones de dopaje, lo que genera preocupaciones sobre la integridad, mientras que los oficiales afirman que la transparencia es clave para abordar el problema.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes

Esta primavera, el atletismo ha estado en el centro de atención por una razón que muchos en la comunidad deportiva preferirían evitar: una alarmante frecuencia de violaciones de dopaje. Con informes de un campeón mundial, un medallista olímpico y tres poseedores de récords enfrentando suspensiones en solo unas pocas semanas, la narrativa en torno al atletismo ha cambiado hacia una seria preocupación por la integridad del deporte. Brett Clothier, el jefe de la Unidad de Integridad del Atletismo (AIU, por sus siglas en inglés), que supervisa las violaciones de dopaje en el atletismo, ofrece una perspectiva intrigante sobre la reciente oleada de anuncios. Mientras que muchos observadores podrían ver el número de casos como indicativo de un problema de dopaje rampante dentro del atletismo, el Sr. Clothier argumenta que la frecuencia de estas revelaciones es un signo del compromiso del deporte para abordar el problema de manera directa. Él enfatiza que el acto de atrapar a los atletas que infringen las reglas no es solo una necesidad, sino un testimonio del buen funcionamiento del sistema. "La impresión de que el atletismo tiene un serio problema de dopaje puede ser válida, pero es crucial entender que tener casos reportados es una señal de que el sistema está funcionando", declaró Clothier. "En contraste, estaría mucho más preocupado por ser aficionado a otros deportes que no tienen ningún caso de dopaje. No tener casos no significa que no haya dopaje". Esta perspectiva plantea preguntas críticas sobre la eficacia de los controles de dopaje en otros deportes, que pueden no ser tan transparentes o rigurosamente aplicados como lo son en el atletismo. A medida que el atletismo lidia con su bien documentada historia de dopaje, el mismo acto de suspender a los atletas sirve como una espada de doble filo. Por un lado, busca restaurar la confianza entre los aficionados y las partes interesadas, mostrando una dedicación al juego limpio. Por otro lado, el número creciente de violaciones puede, sin querer, empañar la reputación del deporte, presentándolo como un refugio rampante para los tramposos de las drogas. Este paradoja no pasa desapercibida para Clothier, quien reconoce la difícil batalla que enfrenta el atletismo para cambiar las percepciones públicas. Además, la situación se complica por las preocupaciones en otros deportes, como la natación, donde han resurgido alegaciones de dopaje, particularmente a la luz de las recientes pruebas positivas entre atletas chinos. El escrutinio sobre los procedimientos de dopaje en la natación resalta un problema más amplio dentro del marco global antidopaje. Como señala el Sr. Clothier, el sistema actual está fragmentado; cada deporte opera de manera independiente en lo que respecta a la aplicación, lo que genera dudas sobre la efectividad general de los esfuerzos colectivos antidopaje. En este panorama, surge la pregunta: ¿puede el sistema antidopaje global actual erradicar completamente a los tramposos de las drogas? Si bien la AIU está tomando medidas proactivas en el atletismo, la realidad es que, sin un enfoque unificado y riguroso en todos los deportes, la lucha contra el dopaje seguirá siendo una escalada difícil. Las disparidades en la aplicación y la transparencia dejan espacio para el escepticismo respecto a la integridad de las competiciones más allá del ámbito del atletismo. A medida que se acercan los Juegos Olímpicos de París, las conversaciones en torno al dopaje sin duda se intensificarán. Para el atletismo, el camino por delante no solo implica erradicar a los tramposos, sino también esforzarse por reconstruir su imagen entre los aficionados que pueden estar cada vez más recelosos de la legitimidad del deporte. El desafío radica en asegurar que la lucha contra el dopaje no venga a expensas de disminuir aún más la reputación del deporte, sino que en su lugar conduzca a un futuro más fuerte y limpio para todos los atletas.

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