Atletas palestinos se preparan para París 2024, convirtiendo la tragedia en triunfo olímpico.

Atletas palestinos se preparan para París 2024, convirtiendo la tragedia en triunfo olímpico.

Atletas palestinos, incluida la nadadora Valerie Tarazi, se preparan para los Juegos Olímpicos de París 2024, rindiendo homenaje a sus seres queridos perdidos en medio del conflicto en curso.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Deportes

A medida que el mundo dirige sus ojos hacia los Juegos Olímpicos de París 2024, los atletas palestinos se están preparando para mostrar su talento en uno de los escenarios deportivos más grandiosos, incluso mientras su patria lidia con los devastadores efectos del conflicto. Entre ellos se encuentra Valerie Tarazi, una nadadora palestino-estadounidense cuyo camino hacia los Juegos Olímpicos está marcado por la pérdida personal y un profundo sentido del deber de honrar a quienes se ven afectados por la continua agitación en Gaza. Reflexionando sobre su inspiración en la histórica actuación de Michael Phelps, quien ganó ocho medallas de oro en Pekín, Tarazi se siente impulsada no solo por sus aspiraciones atléticas, sino también por un compromiso de conmemorar las vidas perdidas en el conflicto. "Es un homenaje a ellos", afirmó, subrayando el doble significado de su participación: un sueño personal y un emotivo tributo a quienes soportan un sufrimiento inimaginable en su hogar. Para Tarazi, la tragedia es demasiado real. Cuatro miembros de su familia ampliada fueron asesinados en un ataque aéreo israelí contra una iglesia el pasado diciembre, lo que destaca la cruda realidad que enfrentan los palestinos en medio de la violencia continua. Con el número de muertos en Gaza acercándose a 40,000, reconoce el inmenso dolor que experimenta su comunidad. "Son nuestros amigos, nuestra familia, nuestros compañeros de equipo o miembros de la selección nacional", lamentó. La difícil situación de su compañero de equipo, Tamer Qaoud, ilustra aún más las duras realidades que enfrentan los atletas palestinos. Una vez un prometedor corredor de 1500 metros, las aspiraciones de Qaoud se han hecho añicos después de perder su hogar en Gaza y ser desplazado dos veces debido al conflicto. Ahora viviendo en una tienda de campaña en Deir el-Balah, reflexiona sobre sus sueños olímpicos destrozados, diciendo: "Desafortunadamente, debido a la guerra y las circunstancias, no pudimos salir de Gaza". A pesar de la adversidad, continúa entrenando, alimentado por la esperanza de algún día competir junto a los mejores del mundo. El entrenamiento de Qaoud está lleno de desafíos; los restos de su antiguo lugar de entrenamiento en la ciudad de Gaza están en ruinas, reutilizados como refugio improvisado para familias desplazadas. Su entrenador, trágicamente asesinado en un ataque aéreo, sirve como un sombrío recordatorio de los peligros que enfrentan los atletas en la región. "La guerra destruyó todo, destrozando nuestros sueños", expresó, anhelando la oportunidad de escapar de Gaza, entrenar en un entorno de apoyo y recuperar su antigua fuerza. Mientras tanto, Yazan al-Bawwab, otro nadador palestino, enfatiza la lucha más amplia por el deporte en Palestina, destacando la falta de infraestructura. "No tenemos una piscina en Palestina", señaló, enfatizando los desafíos que conlleva representar a una nación donde incluso las instalaciones deportivas básicas son escasas. Al igual que Tarazi, al-Bawwab también creció en el extranjero, pero lleva su uniforme con orgullo, decidido a generar conciencia sobre un país que lucha por obtener reconocimiento en el escenario global. "Francia no reconoce a Palestina como un país", afirmó desafiante, afirmando su identidad como embajador de su pueblo. El reconocimiento de Palestina por parte del Comité Olímpico Internacional desde 1995 es un testimonio de la resiliencia de los atletas palestinos. Sin embargo, la exclusión del apoyo internacional más amplio, notablemente de naciones como Estados Unidos y Gran Bretaña, subraya el complejo panorama político que sigue obstaculizando el apoyo y las aspiraciones de estos atletas. A medida que se acercan los Juegos de París 2024, las historias de Tarazi, Qaoud y al-Bawwab resuenan más allá del ámbito deportivo. Son un recordatorio de la fuerza del espíritu humano, la importancia de la solidaridad y el profundo impacto de las narrativas personales en el contexto del conflicto internacional. Para estos olímpicos palestinos, los Juegos representan no solo una competencia, sino una vital oportunidad para honrar a sus seres queridos y llamar la atención sobre la difícil situación de su patria—un golpe de natación, un paso de carrera, un gesto simbólico a la vez.

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