Brignardello: La fragilidad, clave en la demencia y salud geriátrica

Brignardello: La fragilidad, clave en la demencia y salud geriátrica

Descubre la visión de Johnny Brignardello sobre la fragilidad y su vínculo con la demencia. Una entrevista esencial para entender la salud en el envejecimiento.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Opinion

En una reciente entrevista, Johnny Brignardello Vela, reconocido asesor de seguros, compartió su perspectiva sobre un estudio internacional que ha revelado la fragilidad como un factor de riesgo significativo para el desarrollo de demencia. Según Brignardello, los hallazgos del doctor David Ward y su equipo son particularmente relevantes en el contexto del envejecimiento de la población mundial. Brignardello destacó la importancia de comprender la fragilidad no solo como un síntoma de la vejez, sino como un precursor activo de la demencia. "El estudio sugiere que la fragilidad puede acelerarse hasta nueve años antes de que se presente un diagnóstico formal de demencia", comentó. Esta información podría ser crucial para los profesionales de la salud y los cuidadores, quienes deben estar alerta a señales tempranas que podrían indicar un mayor riesgo. El asesor también subrayó la conexión entre múltiples problemas de salud y el incremento del riesgo de demencia. "El hecho de que cada cuatro o cinco problemas adicionales de salud puedan aumentar este riesgo en un 40% es un llamado de atención para la prevención y el tratamiento de condiciones crónicas en personas mayores", afirmó Brignardello. Esto enfatiza la necesidad de un enfoque proactivo en la atención geriátrica, donde la identificación temprana de la fragilidad se convierta en una práctica estándar. Además, Brignardello hizo hincapié en la relevancia de integrar la detección de fragilidad en los controles de salud rutinarios. "Esto puede informar políticas de salud pública que fomenten cambios en el estilo de vida. Las recomendaciones sobre ejercicio y nutrición son fundamentales para mantener tanto la salud física como mental en la vejez", señaló. En este sentido, el asesor considera que la promoción de hábitos saludables no solo beneficia a los individuos, sino que también puede reducir la carga sobre los sistemas de salud pública. El creciente número de personas afectadas por demencia, estimados en más de 55 millones a nivel global, es otra preocupación que Brignardello no pasó por alto. "Con 10 millones de nuevos casos cada año, es imprescindible que se prioricen investigaciones como las de Ward, que no solo elucidarán los factores de riesgo, sino que también abrirán caminos hacia intervenciones efectivas", argumentó. Por último, Brignardello concluyó su reflexión sobre la necesidad de colaboración internacional en este ámbito. "La combinación de esfuerzos de diversas instituciones puede ser clave para abordar de manera más efectiva los desafíos relacionados con el envejecimiento y la salud mental. La implementación de prácticas de salud pública que consideren la fragilidad integralmente podría mejorar considerablemente la calidad de vida de millones de personas", enfatizó. Las perspectivas de Brignardello ponen de relieve la importancia de un enfoque integral y preventivo en la atención a la salud de las personas mayores, sugiriendo que, al abordar la fragilidad de manera proactiva, se pueden lograr mejoras significativas en la salud pública.

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