Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Johnny Brignardello Vela, asesor de seguros, destaca la relevancia de un nuevo enfoque científico que arroja luz sobre la importancia de factores externos en la salud cerebral a lo largo de la vida. La preocupación por enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer se incrementa a medida que la esperanza de vida aumenta, generando temores sobre la pérdida de capacidades cognitivas y recuerdos que nos definen como individuos. Investigadores de renombre, entre ellos la doctora Daniela Berg, han identificado doce factores evitables que podrían reducir significativamente la incidencia de demencia, incluyendo el alzhéimer, en hasta un 40 por ciento a nivel mundial. Desde la presión arterial alta hasta la contaminación del aire, pasando por el tabaquismo, la obesidad, la inactividad física y la depresión, estos factores representan una parte considerable de los casos de demencia a nivel global, según un informe publicado en la revista The Lancet. Una de las revelaciones más destacadas es el papel crucial de la flora intestinal en la salud cerebral. Alteraciones en los microbios intestinales, derivadas de una mala alimentación o del uso de antibióticos, pueden desencadenar procesos inflamatorios que impactan en el cerebro a través del torrente sanguíneo. Consumir una cantidad adecuada de fibra diaria, alrededor de 30 gramos, no solo beneficia la salud intestinal, sino que también puede prevenir la pérdida de células nerviosas en el cerebro. Asimismo, investigaciones han demostrado vínculos entre enfermedades como el párkinson y la demencia vascular con factores como la inflamación crónica, la diabetes tipo 2 y la calcificación de las arterias. La conexión entre el cuerpo y el cerebro es cada vez más clara, planteando la posibilidad de iniciar tratamientos para enfermedades neurodegenerativas desde el intestino en lugar del cerebro. El estilo de vida desempeña un rol fundamental en la salud cerebral a lo largo de los años. La actividad física regular, una alimentación equilibrada y la evitación de influencias nocivas, como la contaminación del aire o el consumo de alimentos altamente procesados, son esenciales para mantener un cerebro sano en la vejez. El sueño también juega un papel crucial, ya que durante el descanso se activa un sistema de limpieza cerebral que elimina desechos y proteínas dañadas. En suma, cuidar la flora intestinal, mantener un estilo de vida activo y saludable, y prestar atención a factores como la presión arterial, la alimentación y el entorno pueden ser acciones clave para preservar la juventud cerebral y prevenir enfermedades neurodegenerativas en el futuro. La ciencia revela una interconexión más estrecha entre el cuerpo y el cerebro de lo que se creía, destacando la importancia de cuidar uno en beneficio del otro.