El futuro del fútbol ruso en juego: ¿pueden la política y el deporte encontrar un terreno común?

El futuro del fútbol ruso en juego: ¿pueden la política y el deporte encontrar un terreno común?

Las discusiones sobre la reintroducción del fútbol ruso en competiciones internacionales se han intensificado, alimentadas por comentarios políticos en medio de las tensiones entre Ucrania y Rusia.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Deportes

En discusiones recientes sobre deportes internacionales y el conflicto en curso entre Ucrania y Rusia, la posibilidad de que el fútbol ruso regrese a la arena global ha surgido como un tema controvertido. Este renovado debate fue provocado por comentarios del presidente de EE. UU., Donald Trump, quien sugirió de manera controvertida que Ucrania tenía alguna responsabilidad en la invasión de Rusia, calificando al presidente Volodymyr Zelensky de "dictador sin elecciones". Estas declaraciones, aunque cargadas políticamente, han insuflado involuntariamente vida a las conversaciones sobre la posible reintegración del fútbol ruso en competiciones internacionales. En febrero de 2022, la FIFA y la UEFA tomaron una postura decisiva al suspender todos los clubes y selecciones nacionales rusas de sus competiciones, articulando su compromiso con la solidaridad con Ucrania. Las consecuencias de esta suspensión han sido profundas, con equipos rusos efectivamente marginados de grandes torneos, incluyendo las eliminatorias en curso para la Copa Mundial masculina de 2026. Si bien el Comité Olímpico Internacional ha permitido que un puñado de atletas rusos compita bajo una bandera neutral, el panorama del fútbol ruso sigue estando drásticamente aislado. A pesar de la suspensión oficial, hay susurros de esperanza en algunos sectores de la comunidad futbolística respecto a un posible regreso de Rusia. Zoran Lakovic, director de asociaciones nacionales de la UEFA, expresó recientemente su deseo de ver la reintegración del fútbol ruso para 2025, enfatizando el poder unificador del deporte. Sus comentarios reflejan sentimientos compartidos por Lord Sebastian Coe, presidente de World Athletics, quien declaró que consideraría permitir el regreso de Rusia al deporte internacional si se alcanza un acuerdo de paz. Estos comentarios sugieren una creciente disposición entre algunos funcionarios para contemplar la idea de la participación rusa, condicionada a desarrollos políticos. Sin embargo, el camino hacia la reintegración está lleno de desafíos. La UEFA ha reiterado que no ha habido discusiones sobre el regreso de Rusia, y existe una oposición sustancial por parte de las asociaciones miembros, particularmente de la Asociación de Fútbol de Inglaterra, que ha declarado firmemente que no se involucrará con equipos rusos mientras persista el conflicto. El proceso de toma de decisiones dentro de la UEFA es complejo, requiriendo una mayoría del Comité Ejecutivo para apoyar cualquier moción que busque reintegrar a Rusia. Además, el Tribunal de Arbitraje Deportivo ha mantenido la suspensión, reforzando la importancia de mantener una postura unificada contra las acciones de Rusia. El panorama de la gobernanza deportiva internacional significa que cualquier posible regreso dependería no solo de la política interna de la UEFA, sino también del contexto geopolítico más amplio. La posibilidad de litigios de otras naciones si se permite a Rusia eludir las rondas de clasificación solo agrega complejidad. Para complicar aún más las cosas, la apelación del fútbol ruso para unirse a la Confederación Asiática de Fútbol después de ser marginado fue desestimada cuando la Unión de Fútbol Rusa votó en contra de la idea. Dado que la RFU sigue siendo miembro de la UEFA y la FIFA, cualquier intento de cambiar de confederación podría retrasar su regreso y complicar aún más su participación en eventos internacionales. Más allá del panorama competitivo, las implicaciones de la reintegración se extienden a ámbitos comerciales. La ausencia de jugadores de clubes rusos en las principales ligas europeas, particularmente en la Premier League, destaca las sanciones más amplias y los desafíos reputacionales que continúan obstaculizando la participación rusa. Si bien teóricamente, individuos rusos no sancionados podrían invertir en clubes del Reino Unido, aún enfrentarían las estrictas pruebas de Propietarios y Directores de la Premier League, que han evolucionado a raíz de las sanciones contra prominentes oligarcas rusos. A medida que el conflicto continúa, las complejidades de la política, el deporte y las relaciones internacionales se entrelazan cada vez más. Los recientes comentarios de Trump han puesto de relieve una posible apertura para el diálogo, pero el consenso entre los organismos deportivos y las asociaciones nacionales sigue siendo firme en su postura actual contra la participación rusa. El futuro del fútbol ruso en la arena internacional no solo depende de la resolución del conflicto, sino también de las perspectivas cambiantes dentro de la comunidad deportiva sobre la intersección del deporte y la geopolítica. Si el fútbol puede realmente servir como un "vector de unidad y paz" o seguir siendo un campo de batalla para disputas más amplias es una pregunta que persiste mientras el mundo observa de cerca.

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