Florida intensifica la detención de inmigrantes con nuevas estrategias de DeSantis

Florida intensifica la detención de inmigrantes con nuevas estrategias de DeSantis

Florida refuerza su política migratoria con un acuerdo que permite a policías locales colaborar con ICE, aumentando detenciones de indocumentados.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política

En el contexto de una política migratoria cada vez más estricta, el estado de Florida se ha convertido en un escenario clave para la implementación de nuevas estrategias de detención de inmigrantes indocumentados. Recentemente, el gobernador Ron DeSantis firmó un acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional que permite que las agencias locales de aplicación de la ley colaboren de manera más estrecha con el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE). Esta medida busca reforzar las redadas y la detención de inmigrantes sin papeles, en un esfuerzo por aumentar la efectividad de las políticas de inmigración del gobierno federal. La colaboración entre las autoridades locales y el ICE se concretará a través del Programa 287(g), que otorga a los oficiales de policía estatales y locales la autoridad para actuar como agentes de inmigración bajo la supervisión de la agencia federal. Esto significa que los oficiales de orden público de Florida no solo podrán hacer cumplir las leyes estatales, sino que también podrán identificar y arrestar a inmigrantes indocumentados, especialmente aquellos con antecedentes penales. Un claro ejemplo de esta implementación se observa en el condado de St. Johns, donde las autoridades locales ya están utilizando esta herramienta. Según el sheriff del condado, Robert Hardwick, cualquier individuo detenido por una infracción de tránsito que no cuente con una identificación válida será llevado a un centro de detención. En este lugar, se utilizará la herramienta IAQ (Immigration Alien Query) para verificar su estatus migratorio y determinar si tienen órdenes de deportación pendientes o antecedentes criminales. Uno de los aspectos destacables de esta estrategia es el uso de tecnología avanzada. Los lectores de placas vehiculares se instalarán para detectar vehículos robados o vinculados con personas que tengan órdenes de arresto o deportación. Esto no solo aumenta la capacidad de los agentes para identificar a individuos indocumentados, sino que también permite una respuesta más rápida y efectiva en la detención de aquellos que son considerados una amenaza para la seguridad pública. El acuerdo entre DeSantis y el Departamento de Seguridad Nacional ha sido recibido con críticas divididas. Mientras que algunos apoyan la medida como una forma de asegurar las comunidades y hacer cumplir la ley, otros argumentan que esta estrategia puede llevar a la discriminación racial y a la violación de derechos civiles. Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el impacto que esto podría tener en las comunidades inmigrantes, que ya enfrentan miedo y desconfianza hacia las autoridades. El contexto legal de estas acciones se encuentra respaldado por la Ley de Reforma de Inmigración Ilegal y Responsabilidad de Inmigrantes de 1996, que establece la posibilidad de que el ICE delegue funciones a las agencias locales. Sin embargo, la implementación de estas políticas ha suscitado un debate intenso sobre la ética y la eficacia de tales medidas en la lucha contra la inmigración indocumentada. Con la colaboración de entidades como la Patrulla Fronteriza y otras agencias federales, las autoridades locales en Florida esperan mejorar la identificación y la detención de no ciudadanos que hayan cometido delitos. La administración de DeSantis ha enfatizado que el objetivo es proteger a la comunidad de individuos peligrosos, pero también enfrenta el reto de equilibrar la seguridad pública con la justicia social. En medio de este panorama, la comunidad inmigrante en Florida se encuentra en un estado de alerta. Muchas familias que huyen de situaciones difíciles en sus países de origen se sienten amenazadas por la posibilidad de ser detenidas y deportadas. Esta situación ha generado un clima de incertidumbre, donde la confianza en las instituciones de seguridad pública se ha visto gravemente erosionada. A medida que las autoridades de Florida continúan implementando estas medidas, el impacto a largo plazo en las comunidades locales y en la política de inmigración en general seguirá siendo un tema de intenso debate. La forma en que estas estrategias se desarrollen y sus consecuencias serán observadas de cerca tanto a nivel estatal como nacional, ya que Florida se prepara para ser un modelo de este tipo de políticas en otras partes del país.

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