Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Irene Montero, ex ministra de Igualdad y actualmente europarlamentaria, ha presentado recientemente su libro titulado "Algo habremos hecho", que se ha convertido en un punto de partida para un nuevo debate sobre su legado político y la situación de la izquierda en España. A través de sus memorias, Montero se posiciona como una víctima del PSOE y de lo que ella denomina una "reaccionaria ofensiva judicial". Sin embargo, su narrativa ha generado controversia y un análisis en profundidad sobre su verdadera relevancia en la política actual. El libro ha sido objeto de críticas, en particular por la manera en que se articula su relato. Aunque Anson, un conocido periodista, sostiene que Montero demuestra en sus páginas una calidad intelectual y una firmeza de ideas, muchos lectores han encontrado que la obra es más un ejercicio de justificación que un análisis crítico de su gestión. A lo largo de sus memorias, Montero asegura que su carrera política se ha construido sin la ayuda de recomendaciones, lo que plantea interrogantes sobre la autenticidad de ese reclamo. A medida que se desarrolla su relato, Montero no escatima en críticas hacia sus ex compañeros del PSOE, sugiriendo que han traicionado los ideales de la izquierda y han sido cómplices de una ofensiva que, según ella, busca desmantelar el progreso logrado por Podemos. En este sentido, su prosa se torna confrontativa, lo que puede resultar desconcertante para aquellos que esperaban una reflexión más introspectiva sobre las políticas de su gobierno. Uno de los puntos más llamativos de su discurso es la insistencia en que sin Pablo Iglesias, el exlíder de Podemos, no se puede comprender el panorama político contemporáneo en España. Para Montero, la caída de Iglesias no es simplemente un fracaso político, sino un ataque organizado desde las estructuras de poder que buscan deslegitimar a las voces progresistas. Este enfoque, sin embargo, puede dar la impresión de evadir la responsabilidad colectiva que la coalición de gobierno comparte en la actual situación del país. Después de siete años de gobierno de coalición progresista, la realidad en España presenta un contraste significativo con las promesas de cambio. Temas críticos como la accesibilidad a la vivienda, el aumento de desahucios, y el incremento de la desigualdad persisten y, en algunos casos, se han agudizado. En su libro, Montero parece ignorar estos problemas, optando por un mensaje esperanzador que resuena con el lema "Sí se puede", a pesar de las evidencias que sugieren lo contrario. Lo que suscita mayor sorpresa es la falta de autocrítica en su narrativa. En lugar de abordar las decepciones y las críticas que han surgido durante su gestión, Montero prefiere centrar su atención en las supuestas traiciones de sus colegas y en una narrativa de victimización que, para muchos, no hace más que trivializar las verdaderas dificultades que ha enfrentado la coalición progresista. La ausencia de un análisis profundo sobre los fracasos y aciertos se convierte, por tanto, en un punto débil en su obra. Por otro lado, el enfoque de Montero hacia los medios de comunicación es igualmente revelador. Se refiere a figuras del periodismo como Antonio García Ferreras y Ana Rosa Quintana con términos despectivos, sugiriendo que han contribuido a un clima hostil hacia Podemos. Esta percepción de una "guerra sucia judicial" y mediática parece ser un intento de desviar la atención de las críticas que su partido ha enfrentado, lo que podría entenderse como una falta de disposición para aceptar la complejidad del panorama mediático español. Sin embargo, su cuenta de experiencias no ha dejado de resonar entre algunos sectores de la izquierda que ven en su lucha una representación vigorosa de los ideales feministas y de derechos democráticos. La conexión emocional que Montero establece con su audiencia se traduce en un llamado a la resistencia frente a lo que percibe como un ataque a las conquistas sociales, aunque esta llamada no está exenta de contradicciones. En última instancia, "Algo habremos hecho" se presenta como un testimonio de la compleja realidad política de España. La obra de Montero refleja no solo sus experiencias personales, sino también las tensiones dentro de la coalición progresista y el desafío de mantener una unidad ante presiones tanto internas como externas. El futuro de la izquierda en España dependerá de su capacidad para enfrentar estos retos con una autocrítica genuina y un compromiso renovado con los problemas que afectan a la ciudadanía. Mientras tanto, la figura de Irene Montero, envuelta en una mezcla de admiración y controversia, continúa siendo un foco de atención en el debate político español, y su libro es solo una pieza más en el rompecabezas de un panorama que sigue evolucionando. La pregunta que queda es si esta narrativa contribuirá a la revitalización de la izquierda o, por el contrario, se convertirá en un recordatorio de las oportunidades perdidas en un contexto de creciente desilusión social.