Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El 14 de enero de 2024 marcó un hito en la historia de Dinamarca con la inesperada ascensión de Federico de Dinamarca al trono, tras la sorpresiva abdicación de su madre, la reina Margarita. Esta decisión fue anunciada durante el tradicional discurso de Año Nuevo, generando un revuelo mediático y una expectativa palpable en una nación que había visto a la reina Margarita, su figura emblemática durante más de cinco décadas, como un pilar de estabilidad. En su proclamación como rey, Federico X enfatizó su compromiso con el pueblo danés a través de su lema: "Unidos y comprometidos por el Reino de Dinamarca", dando inicio a un nuevo capítulo para la monarquía danesa. Desde el comienzo de su reinado, Federico y su esposa, la reina Mary, han proyectado una imagen de unidad y modernidad, a pesar de las tensiones que persisten en el seno de la familia real. Mary, quien se trasladó desde Australia para convertirse en reina consorte, ha sido bien recibida por la población gracias a su accesibilidad y su cercanía. Ambos han demostrado tener un enfoque contemporáneo hacia la monarquía, buscando mantener su relevancia en una sociedad que ha cambiado drásticamente en las últimas décadas. La reina Margarita se retiró con un legado sólido; su reinado se caracterizó por un aumento significativo en el apoyo a la monarquía, que pasó del 42% en 1972 al 75-80% en 2024. La abdicación de Margarita no fue un signo de debilidad, sino un reconocimiento de que su tiempo había concluido. Federico ha logrado mantener este apoyo popular, aunque enfrenta el desafío inherente de ser comparado constantemente con su madre. Las encuestas muestran que el 80% de los daneses consideran que es un buen rey; sin embargo, un 66% cree que aún debe demostrar que puede igualar el éxito de su predecesora. En su primer año al mando, Federico ha abordado diversas tareas institucionales, incluyendo su participación en el Día de la Constitución y la recepción de dignatarios en el Palacio de Amalienborg. También ha realizado viajes a los reinos escandinavos y a los territorios autónomos de Groenlandia e Islas Feroe, fortaleciendo lazos diplomáticos en una región que históricamente ha estado unida. A bordo del yate real, el Dannebrog, han podido establecer su presencia en el ámbito internacional, un paso crucial para consolidar su rol como líderes. A pesar de las aguas tranquilas en el ámbito público, la familia real enfrenta desafíos internos. El príncipe Joaquín, hermano de Federico, ha estado distanciado del núcleo familiar, y su situación ha sido un punto de tensión. La reina Margarita tomó la decisión de disminuir el papel de Joaquín y su familia en la monarquía, lo que ha llevado a una serie de conflictos mediáticos y a un distanciamiento que podría complicar las dinámicas familiares en el futuro. Esta situación se suma a la necesidad de que Federico X afirme su liderazgo y consolide su propia visión para la Casa Real. Por otro lado, el príncipe Christian, el nuevo heredero, ha comenzado su camino hacia la adultez y la preparación para asumir su papel en la monarquía. A sus 18 años, Christian ha optado por un año sabático tras su formación académica, un camino tradicional en muchas casas reales europeas. Su decisión de ingresar como oficial militar confirma un paso hacia una formación que le permitirá hacerse cargo de sus responsabilidades en el futuro. Este nuevo enfoque también plantea interrogantes sobre el futuro de sus hermanos y su posición dentro de la Casa Real. Mientras tanto, la reina Mary ha encontrado su voz como consorte en un rol que no existía en Dinamarca desde hace más de medio siglo. Su seguridad y libertad han aumentado desde que Federico asumió el trono, permitiéndole explorar nuevas iniciativas, como un pódcast dedicado a la soledad y el bienestar juvenil. Este enfoque moderno y accesible ha resonado con el público, posicionando a Mary no solo como una figura decorativa, sino como una líder en su propio derecho. En un contexto de expectativas, desafíos y oportunidades, el primer año de reinado de Federico y Mary ha estado marcado por la continuidad y el cambio. La institución monárquica danesa se enfrenta a la necesidad de adaptarse a un mundo en constante evolución, y la pareja ha mostrado un compromiso claro con esa modernización. Sin embargo, la sombra de la reina Margarita sigue presente, un recordatorio constante del legado que Federico X debe honrar mientras busca forjar su propio camino. A medida que el tiempo avanza, los daneses continúan observando de cerca a su nueva pareja real. La historia de la monarquía danesa se escribe día a día, y el futuro está lleno de posibilidades. La resiliencia de la Casa Real y su capacidad para adaptarse a los tiempos modernos serán fundamentales para mantener la relevancia y el apoyo del pueblo danés en los años venideros. En este primer aniversario de su reinado, Federico y Mary han dado un paso firme hacia la construcción de un legado que, esperan, sea digno de la rica historia que representan.