Descontento en Ibiza por escasez de caramelos en las cabalgatas de Reyes

Descontento en Ibiza por escasez de caramelos en las cabalgatas de Reyes

Las cabalgatas de Reyes en Ibiza y Formentera desilusionaron por la escasez de caramelos, generando críticas y descontento entre los asistentes.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro
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Las recientes cabalgatas de Reyes en Ibiza y Formentera han generado una ola de descontento entre los asistentes, quienes han expresado su malestar en las redes sociales debido a la notable escasez de caramelos durante los paseos festivos. La tradicional celebración, que tiene como objetivo llevar alegría a los más pequeños, ha sido objeto de críticas que ponen de manifiesto el descontento de los ciudadanos. Frases como "¡Qué vergüenza!" han resonado con fuerza entre quienes esperaban una experiencia más mágica para sus hijos. Los comentarios recopilados en las crónicas del Diario de Ibiza reflejan un sentimiento generalizado de frustración. "Yo tengo un cabreo... Mi nietecito con las manos en alto pidiendo caramelos y no le tiraron ni uno", escribió una lectora que no escatimó en su desilusión. Para ella, la experiencia de la cabalgata se vio empañada por la falta de dulces, un elemento fundamental en estas festividades. Esta situación ha llevado incluso a algunos padres a reconsiderar su estrategia para el próximo año, prometiendo llevar sus propios caramelos para evitar que sus hijos se queden con las manos vacías. Sin embargo, no todos comparten el mismo sentir. Otros asistentes han apuntado a la multitud como parte del problema. Una mujer comentó que "los Reyes han tirado muchos caramelos", aunque centró su crítica en aquellos que, a su juicio, se comportaron de manera egoísta al acaparar los dulces. La queja se dirige a la actitud de un grupo de personas que, con bolsas llenas, arramblaban con los caramelos, dejando a otros sin nada. Este contraste en las opiniones evidencia la polarización del discurso en torno a las cabalgatas. Además, hay quienes han justificado la falta de caramelos en la cabalgata al señalar la presión que enfrentan los Reyes. Una madre que asistió con su familia explicó que "los niños pedían caramelos y los pobres Reyes sólo saludaban". Según su relato, la escasez de chucherías no es culpa de los personajes de la tradición, sino de un presupuesto que no se ha ajustado para hacer felices a los más pequeños. La situación ha puesto de relieve la importancia de una adecuada organización y financiación de este tipo de eventos. Las críticas también han abordado el tema de la picaresca, con algunos asistentes reportando que los juguetes lanzados al inicio del recorrido fueron acaparados por un grupo de niños que, en su afán de conseguir más, seguían pidiendo a los Reyes. La imagen de niños llenando sus brazos con juguetes mientras otros miraban desde la distancia ha generado un debate sobre la equidad en la distribución de sorpresas en la cabalgata. Este aspecto, junto con la falta de caramelos, ha dejado un regusto amargo entre muchos padres. "Cada vez peor, vergonzoso, los niños esperando los caramelos y han repartido un caramelo por niño", lamentó una ciudadana, haciendo hincapié en la decepción experimentada por los más pequeños. Su comentario refleja la frustración de aquellos que ven en estas celebraciones una oportunidad para que los niños vivan momentos de alegría, y no un desfile donde la escasez se convierte en la protagonista. A pesar del descontento generalizado, también ha habido voces que han expresado su satisfacción con la cabalgata. "Brillante y muy bonito, mi hijo muy contento", escribió otro asistente, resaltando que, a pesar de las críticas, algunos encontraron valor en la experiencia. Esto pone de manifiesto que, como en muchas celebraciones, las percepciones pueden ser profundamente subjetivas y depender de las expectativas individuales. La situación en Ibiza es un recordatorio del delicado equilibrio entre la tradición y la necesidad de adaptación a las expectativas de la comunidad. La cabalgata de Reyes, que debería ser un momento de alegría y celebración, ha devenido en un espacio de debate social, donde las quejas y las alegrías se entrelazan de formas inesperadas. Así, mientras los ciudadanos de Ibiza y Formentera reflexionan sobre la cabalgata de este año, queda claro que las voces de la comunidad merecen ser escuchadas. La falta de caramelos ha desencadenado una discusión más amplia sobre cómo se organizan y financian estas festividades, un debate que podría influir en las celebraciones futuras. La esperanza es que el próximo año, tanto los Reyes como los asistentes encuentren un espacio donde la alegría y la dulzura sean realmente protagonistas de la festividad.

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