La joven princesa Estelle deslumbra en encuentro familiar del Palacio Real sueco

La joven princesa Estelle deslumbra en encuentro familiar del Palacio Real sueco

El Palacio Real de Estocolmo celebró un emotivo encuentro familiar navideño, destacando el crecimiento de la joven princesa Estelle.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En la víspera de Navidad, el Palacio Real de Estocolmo fue el escenario de un encantador encuentro familiar que dejó a todos cautivados, especialmente por la presencia de la joven princesa Estelle de Suecia. La hija mayor de los príncipes herederos Victoria y Daniel ha sorprendido a todos con su crecimiento notable, que la ha transformado de una niña a una preadolescente con una presencia digna de su futura posición como monarca. Con apenas 12 años, Estelle mostró un estilo y madurez que eclipsaron, en ciertos momentos, la atención que tradicionalmente se reserva para sus padres. Durante el evento, Estelle llegó acompañada de su hermano pequeño, el príncipe Óscar, de 8 años. La diferencia en sus alturas y ademanes es ahora más pronunciada, subrayando el camino por el que la joven princesa se dirige hacia la adultez. Vestida con un elegante abrigo gris oscuro, un jersey verde de cuello vuelto y botas altas, Estelle se presentó con un estilo que denota tanto su juventud como una creciente sofisticación. Su imagen fue, sin duda, una de las más comentadas del día. La ocasión no solo brindó un momento festivo, sino que también sirvió para honrar a los miembros de la Guardia Real, quienes laboran durante la temporada navideña. Con una gran sonrisa, Estelle, junto a su familia, se dedicó a saludar a los presentes, deseándoles unas felices fiestas. La calidez del encuentro y la interacción natural de la princesa con los empleados reflejaron una educación que parece ir más allá de su corta edad. Uno de los momentos más entrañables del encuentro se produjo cuando Estelle, curiosa como cualquier niña de su edad, se acercó a investigar una de las casetas donde los soldados hacen guardia. Este gesto espontáneo no solo simbolizó la inocencia que aún perdura en ella, sino también su interés por el entorno que la rodea, un rasgo que seguramente será parte de su futura labor como representante de la monarquía. El acto también fue una oportunidad para que la princesa Victoria compartiera momentos animados con los empleados reales, mostrando el vínculo cercano que la familia real mantiene con quienes los rodean en su día a día. La atmósfera del evento fue marcada por la calidez y el compañerismo, un contraste con la majestuosidad que conlleva el título real. Este encuentro se produjo un día después de la celebración del 81 cumpleaños de la reina Silvia, la abuela de Estelle. Con motivo de esta fecha especial, las Fuerzas Armadas suecas rindieron homenaje a la reina con 21 disparos de salva, un gesto que mostró el respeto y la admiración que despierta en el país. La Casa Real compartió imágenes de la reina junto a su esposo, el rey Carlos Gustavo, enviando un mensaje de amor y alegría a la nación, justo antes de la Navidad. La figura de la reina Silvia, con su elegancia y carisma, sigue siendo un pilar fundamental en la familia real sueca. A pesar de sus años, su salud y vitalidad son admiradas por todos, especialmente ahora que se disfruta del papel de abuela con sus ocho nietos, incluyendo a Estelle y Óscar. Esta relación intergeneracional es un aspecto que muchas familias suecas pueden identificar y valorar. Con la llegada de la Navidad, la Casa Real sueca se unió a las celebraciones para enviar un mensaje de unidad y alegría a su pueblo. La tradición de abrir las puertas del palacio para compartir momentos con el personal y los ciudadanos es un recordatorio de los valores que la monarquía representa: cercanía, amor y apoyo a la comunidad. Los momentos compartidos en el Palacio Real no solo fueron una celebración de la familia, sino también un símbolo de la continuidad de la tradición monárquica en Suecia. Con Estelle emergiendo como una figura central en este relato familiar, la expectativa sobre su futuro y su papel como monarca crece a medida que avanzamos hacia un nuevo año. La Navidad se presenta así no solo como un tiempo de festividad, sino como un aviso del cambio generacional que está por venir en la casa real.

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