Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un notable cambio con respecto al enfoque unificado de la Unión Europea hacia Rusia, el primer ministro eslovaco Robert Fico visitó Moscú durante el fin de semana para mantener conversaciones con el presidente Vladimir Putin. La reunión, centrada principalmente en el suministro de gas natural y el conflicto en curso en Ucrania, ha levantado cejas en toda Europa y ha suscitado críticas agudas de varias facciones políticas dentro de Eslovaquia. El viaje de Fico se produce en un momento en que la UE ha mantenido en gran medida una política de aislamiento hacia Rusia tras su invasión de Ucrania. Su visita, que recuerda el viaje del primer ministro húngaro Viktor Orban a Moscú a principios de este año, señala una disposición a entablar un diálogo con Rusia que contrasta marcadamente con la postura de la UE. Las conversaciones de Fico con Putin fueron presentadas por el asesor de política exterior del presidente ruso, Yuri Ushakov, como evidencia de la independencia y el pragmatismo de Fico al priorizar los intereses nacionales de Eslovaquia. Para Fico, quien ha tenido una carrera política larga y controvertida, la visita representa un regreso a una postura más favorable hacia Rusia tras un período de fuerte apoyo a Ucrania bajo el gobierno eslovaco anterior. El giro de su administración se caracteriza no solo por una crítica a las sanciones de la UE contra Rusia, sino también por un enfoque selectivo hacia la ayuda militar; aunque ha criticado el apoyo a Ucrania, aún permite a los fabricantes de armas eslovacos vender armas a la nación asediada. El viaje de Fico recibió una inmediata respuesta negativa de la oposición en Eslovaquia, con críticos calificándolo de "desgracia" y expresando preocupaciones sobre su tono conciliador hacia Rusia. El propio primer ministro afirmó que su visita era una respuesta necesaria a las amenazas percibidas del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky respecto al futuro de los suministros de gas ruso a través de un crucial gasoducto que atraviesa Eslovaquia. Durante sus conversaciones, Putin aseguró a Fico el compromiso de Rusia de mantener los suministros de gas a Eslovaquia, una línea vital para el país y sus vecinos que continúan dependiendo de la energía rusa. Esta garantía se dio a pesar de los desafíos logísticos anticipados después del 1 de enero de 2025, cuando los acuerdos existentes pueden cesar, dependiendo del conflicto en curso y del papel de Ucrania en la cadena de suministro. El contexto de esta visita es significativo, ya que el gasoducto en cuestión, establecido durante la era soviética, sigue siendo vital para el transporte de gas natural a varias naciones europeas. Si bien la UE ha avanzado en la reducción de su dependencia del gas ruso desde el inicio de la invasión en febrero de 2022, la desconexión completa ha resultado esquiva, particularmente para países como Eslovaquia y Hungría. La visita de Fico a Moscú también incluyó una reafirmación de su intención de asistir a las próximas celebraciones del Día de la Victoria en Moscú, un movimiento que contrasta marcadamente con el boicot actual de los líderes europeos al evento, que se ha convertido en un punto de controversia desde que comenzó la guerra. A medida que Eslovaquia navega por sus necesidades energéticas en medio de un complejo paisaje geopolítico, las acciones de Fico pueden tener implicaciones duraderas para la posición del país dentro de la UE, potencialmente tensando las relaciones con otros estados miembros que están unificados en su condena a las acciones agresivas de Rusia en Ucrania. Las ramificaciones más amplias de su visita podrían resonar en la política energética de Europa y su respuesta estratégica a la crisis en curso.