Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un acto de solidaridad y preocupación por la salud pública, 75 ganadores del Premio Nobel se han unido en una carta abierta instando al Senado a rechazar de manera decisiva la nominación de Robert F. Kennedy Jr. como Secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS). Este movimiento sin precedentes subraya la inquietud en torno a la postura controvertida de Kennedy sobre asuntos de salud, particularmente su historial de promoción de desinformación sobre vacunas y otras intervenciones médicas. Los laureados advierten que nombrar a Kennedy para dirigir el HHS representaría un riesgo significativo para la salud de los estadounidenses y podría poner en peligro la posición del país como líder en ciencias de la salud global. "Colocar al Sr. Kennedy a cargo del DHHS pondría en peligro la salud pública y socavaría el liderazgo global de Estados Unidos en las ciencias de la salud", afirma la carta, que fue compartida con The New York Times. Este sentimiento es respaldado por Richard Roberts, un receptor del Premio Nobel en Fisiología o Medicina, quien destacó la responsabilidad de los funcionarios electos de priorizar el bienestar de los ciudadanos. La nominación de Kennedy por el presidente electo Donald Trump ha generado alarma en diversos sectores, especialmente entre los profesionales de la salud. Conocido por su oposición vocal a las vacunaciones y su promoción de teorías desacreditadas, el historial de Kennedy plantea serias interrogantes sobre su idoneidad para un puesto que exige un compromiso con la ciencia basada en evidencia y las iniciativas de salud pública. Su historia incluye declaraciones inflamatorias, como llamados a la encarcelación de investigadores de vacunas, y afirmaciones infundadas que vinculan las vacunas con una variedad de enfermedades, incluyendo el VIH y la gripe española. Además, la retórica de Kennedy se ha extendido a despreciar a toda la fuerza laboral de salud federal, sugiriendo que despediría a aquellos que cree que están librando una "guerra contra la salud pública". Esto amenaza no solo la integridad del HHS, sino también la moral y la eficacia de los esfuerzos de salud pública en todo el país. Los ganadores del Nobel señalan la falta de cualquier credencial formal o experiencia relevante en medicina, ciencia o administración de salud pública de Kennedy. Su carta enfatiza que el liderazgo del HHS debe estar en manos que nutran instituciones vitales para la protección de la salud, en lugar de socavarlas. Argumentan que el rol requiere un compromiso dedicado a mejorar los programas de salud pública, particularmente en el desarrollo y despliegue de vacunas, que son críticos para prevenir brotes de enfermedades como el sarampión y la polio. A medida que el Senado considera la nominación de Kennedy, el mensaje de estos distinguidos científicos es claro: el futuro de la salud pública en América está en juego y es imperativo que el Senado actúe en el mejor interés de la salud y seguridad de todos los ciudadanos. Las apuestas son altas y la llamada por un líder responsable y con conocimientos científicos al frente del HHS nunca ha sido más urgente.