El círculo de poder de Maduro enfrenta crisis de legitimidad y descontento popular

El círculo de poder de Maduro enfrenta crisis de legitimidad y descontento popular

El círculo de poder de Maduro se enfrenta a cuestionamientos sobre su legitimidad y manejo de la crisis en Venezuela, mientras la situación empeora.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política

El círculo de poder en torno a Nicolás Maduro se ha consolidado a lo largo de los años, a pesar de que muchos dudaban de su capacidad para mantener el control tras la muerte de Hugo Chávez. Tras más de una década en el poder, Maduro ha logrado rodearse de un grupo de leales que han desempeñado roles clave en la administración chavista. Sin embargo, este grupo enfrenta un creciente cuestionamiento acerca de su legitimidad y el manejo de la crisis en el país, lo que pone en tela de juicio su futuro. Entre los miembros más prominentes de este círculo se encuentran Cilia Flores, Diosdado Cabello, Vladimir Padrino, y los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez. Estos individuos no solo son herederos de la ideología chavista, sino que también han utilizado su influencia y conexiones para mantenerse en el poder, aun cuando el país atraviesa una de sus crisis más profundas. La falta de transparencia en el proceso electoral del pasado 28 de julio, donde Maduro fue proclamado ganador, ha intensificado el escepticismo tanto dentro como fuera de Venezuela, siendo el Consejo Nacional Electoral el objeto de estas críticas. Cilia Flores, apodada "la primera combatiente", ha tenido un papel destacado en la política venezolana desde sus inicios. Su carrera comenzó con el movimiento de Chávez en 1992, y desde entonces ha ocupado varios cargos de relevancia, incluyendo el de Procuradora General de la República. Su influencia en el gobierno se ha visto reforzada por la notoriedad de sus familiares, quienes han sido objeto de sanciones internacionales por su supuesta implicación en corrupción y narcotráfico. Aunque ha adoptado un papel más tradicional como primera dama en los últimos años, su papel en la formulación de políticas sigue siendo significativo. Diosdado Cabello, considerado por muchos como el número dos del chavismo, también ha desempeñado un papel crucial en la consolidación del poder de Maduro. Su carrera política ha estado marcada por diversas controversias y acusaciones de corrupción, así como por su cercanía a la figura de Chávez. Aunque ha habido rumores de rivalidad con Maduro, los analistas coinciden en que ambos políticos operan alineados y que la lealtad de Cabello hacia Maduro es inquebrantable, lo que le ha permitido mantener su estatus dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Por su parte, Vladimir Padrino, actual ministro de Defensa, ha sido un elemento estabilizador dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Su permanencia en el cargo durante casi diez años es inusual en un contexto donde otros titulares suelen ser reemplazados rápidamente. Padrino ha sabido manejar los diferentes grupos dentro de la institución militar y, a pesar de las críticas, ha logrado mantener la cohesión necesaria para asegurar el apoyo militar hacia el gobierno de Maduro. Su influencia es tal que se considera que la Fuerza Armada hoy es, en gran medida, su reflejo. En el ámbito político, Jorge Rodríguez ha sido una figura clave desde los inicios del chavismo. Su papel como rector del Consejo Nacional Electoral y su cercanía a Chávez lo han posicionado como un operador político de relevancia. Rodríguez ha liderado las negociaciones del gobierno con la oposición y otros actores extranjeros, consolidando su lugar como uno de los principales asesores de Maduro. Muchos analistas lo ven como un posible sucesor del presidente, dada su capacidad de liderazgo y su experiencia en el aparato estatal. Delcy Rodríguez, en su papel como vicepresidenta y ministra del Petróleo, también ha sido fundamental en el engranaje del gobierno. Su rol ha ido en aumento desde la llegada de Maduro al poder, y actualmente cuenta con una serie de responsabilidades que la sitúan en el centro de la política venezolana. A pesar de las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, ha defendido su postura enérgicamente, acusando a estas medidas de ser una forma de extorsión política. El círculo cercano a Maduro no solo enfrenta un desafío interno, sino que también se ve presionado por las sanciones internacionales que han impactado gravemente la economía del país. La administración de Maduro ha buscado mantener la estabilidad a través de una serie de medidas económicas y políticas, pero la falta de resultados palpables ha generado descontento entre la población. La crisis humanitaria, la hiperinflación y la migración masiva de venezolanos han puesto en evidencia las falencias de un modelo que, según muchos críticos, ha fracasado. A medida que la situación en Venezuela continúa deteriorándose, el futuro de este círculo de poder es incierto. La lealtad de cada uno de sus miembros podría ser puesta a prueba si las condiciones del país siguen empeorando y si surge una alternativa viable que pueda desafiar el statu quo. Sin embargo, por el momento, Maduro y sus leales parecen ser conscientes de que deben aferrarse al poder a toda costa, utilizando cualquier medio para mantener su posición en un entorno cada vez más hostil. En conclusión, el círculo de poder en torno a Nicolás Maduro ha logrado sobrevivir a diversos desafíos a lo largo de su mandato. Sin embargo, la creciente crisis de legitimidad, las sanciones internacionales y el descontento popular amenazan con desestabilizar esta estructura. En este contexto, las acciones y decisiones de los miembros más cercanos al presidente serán cruciales para determinar el futuro político de Venezuela y, potencialmente, su propio destino.

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