Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que las heridas de la tragedia de la Torre Grenfell continúan supurando, la publicación de un informe de investigación contundente ha reavivado las demandas de justicia de las familias en duelo y la comunidad local. El horrendo incendio del 14 de junio de 2017 cobró la vida de 72 personas, incluidas 54 adultos y 18 niños, dejando un legado de dolor y rabia que aún no se ha abordado adecuadamente. Karim Khalloufi, quien perdió a su hermana Khadija en el siniestro, expresó su profunda frustración con el proceso de investigación. “Nadie me ha preguntado si quería esta investigación”, lamentó, expresando un sentimiento compartido por muchas familias que sienten que los prolongados procedimientos solo han servido para retrasar la justicia que buscan. “Quizás muera sin haber tenido justicia”, añadió, encapsulando la desesperación de quienes aún están de luto por sus seres queridos. Hisam Choucair, quien perdió a seis miembros de su familia en la catástrofe, transmitió una mezcla de gratitud e indignación. Si bien agradeció a la investigación por sus hallazgos, permanece exasperado por la naturaleza dilatada del proceso, que ha estancado efectivamente cualquier posible enjuiciamiento. La imagen de los testigos “riéndose” mientras relataban sus testimonios solo intensificó su ira, destacando el marcado contraste entre la gravedad de la situación y la actitud de quienes participaron en la investigación. Se espera que la investigación, que ha sido descrita como esencial para entender las fallas catastróficas que llevaron al incendio, se extienda hasta finales de 2025, con decisiones finales sobre cargos criminales no anticipadas hasta finales de 2026. Tales plazos solo han aumentado la ansiedad de quienes esperan rendición de cuentas. En una declaración reciente, el Primer Ministro Keir Starmer extendió sus disculpas en nombre del gobierno, reconociendo que tal desastre “nunca debió haber ocurrido”. La postura de su gobierno surge en medio de la creciente presión de Grenfell United, un grupo que representa a sobrevivientes y familias en duelo. Criticaron a administraciones anteriores por permitir que las corporaciones priorizaran el lucro sobre la seguridad y pidieron que quienes son responsables del incendio sean excluidos de futuros contratos gubernamentales. Los hallazgos de la investigación han implicado a varias organizaciones y empresas, destacando un sorprendente descuido de la responsabilidad. El presidente, Sir Martin Moore-Bick, declaró de manera inequívoca: “La simple verdad es que las muertes que ocurrieron eran todas evitables”, enfatizando las fallas sistémicas que llevaron a esta tragedia. Señaló que, mientras algunas entidades demostraron “deshonestidad y codicia”, otras exhibieron mera incompetencia, una distinción que poco hace para aliviar el dolor de los afectados. Entre las revelaciones clave del informe se encontraba el papel de Arconic, que supuestamente ocultó malas calificaciones de pruebas de fuego relacionadas con el revestimiento que contribuyó a la rápida propagación del incendio. En respuesta, Arconic ha negado cualquier reclamación de que su filial vendió un producto inseguro, una negación que probablemente no calmará el clamor público por rendición de cuentas. El informe también examinó a las empresas constructoras Celotex y Kingspan por su participación en el suministro de aislamiento. Si bien Celotex ha declarado que ha realizado mejoras en sus procesos, Kingspan ha reconocido sus “fallos históricos totalmente inaceptables”. Sin embargo, estas respuestas corporativas poco consuelan a quienes perdieron a sus seres queridos o presenciaron la tragedia. El Comisionado del Cuerpo de Bomberos de Londres, Andy Roe, aseguró al público que el servicio de bomberos está comprometido a actuar sobre los hallazgos de la investigación, enfatizando que “no son complacientes”. Sin embargo, para muchos afectados por la catástrofe de Grenfell, el camino hacia la justicia se siente interminable. Con cada día que pasa, la memoria de las 72 vidas perdidas sigue siendo un recordatorio inquietante de un desastre que no solo era prevenible, sino que continúa exigiendo responsabilidad de quienes son responsables.