Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un contexto donde las decisiones del Congreso de México tienen el potencial de repercutir significativamente en las relaciones comerciales y en la inversión extranjera, la American Society of Mexico (Amsoc) ha hecho un llamado a la reflexión. Larry Rubin, su presidente, ha instado a los legisladores mexicanos a considerar las implicaciones de la reforma judicial y la propuesta de extinción de siete órganos autónomos y reguladores, un tema que ha generado preocupación en el sector empresarial estadounidense. Rubin subrayó la importancia de que las empresas norteamericanas, que representan más del 45% de la Inversión Extranjera Directa en México, sean escuchadas en este crucial debate. En un acumulado que se extiende desde 2006 hasta el primer semestre de 2024, la inversión estadounidense en el país ha superado los 243,000 millones de dólares, lo que resalta la relevancia de esta relación económica y política. Durante la tercera Convención Binacional de Amsoc, Rubin enfatizó que para las empresas estadounidenses, contar con un Estado de Derecho robusto en México es fundamental. "El Estado de Derecho significa muchísimo para nosotros, por eso es esencial que el Congreso tome el tiempo necesario para deliberar sobre estas reformas", afirmó. Su llamado se basa en la premisa de que un marco jurídico sólido no solo beneficia a las empresas, sino que también fortalece la democracia y la gobernanza en el país. La preocupación se intensifica cuando se considera que la desaparición de órganos autónomos puede tener consecuencias negativas para el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Rubin advirtió que cualquier cambio que socave la independencia de estos organismos podría dar lugar a disputas comerciales, lo que afectaría las economías de los tres países y la confianza mutua que han cultivado durante años. En este sentido, la Amsoc intentó invitar a líderes del Congreso mexicano a participar en su convención, pero lamentablemente no pudieron asistir. Esta ausencia subraya una desconexión que podría tener efectos adversos en la forma en que se llevan a cabo los diálogos sobre reformas cruciales para el futuro del país y su relación con Estados Unidos. Larry Rubin extendió su exhorto a los legisladores mexicanos para que tomen el tiempo necesario para discutir estas reformas. "Este proceso no debería ser apresurado", agregó, "sino que debe desarrollarse con la seriedad que exige una reforma de tal envergadura". Este enfoque reflexivo es crucial, especialmente cuando se consideran las preocupaciones tanto internas como internacionales que surgen en torno a estas reformas. La agenda política en Estados Unidos también está atenta a los acontecimientos en México. Según Rubin, figuras como Kamala Harris y Donald Trump han expresado preocupaciones sobre los cambios que se están gestando en el país vecino. "Hemos recibido llamados, particularmente de una de las campañas, con preocupaciones severas sobre lo que pueda suceder", dijo, destacando la interdependencia entre las dos naciones. La situación actual en México se presenta como un punto de inflexión. Las decisiones que tome el Congreso no solo afectarán a la economía local, sino que también tendrán ramificaciones en el ámbito internacional. Las empresas estadounidenses, al ser uno de los principales motores de la inversión en México, están pidiendo un espacio en la mesa de diálogo para asegurar que sus inquietudes sean consideradas. La Amsoc, al levantar la voz en este contexto, busca no solo proteger sus intereses comerciales, sino también contribuir al fortalecimiento del Estado de Derecho en México. La integración de estas preocupaciones en el proceso legislativo podría ser determinante para el futuro de las relaciones bilaterales, así como para la estabilidad económica de la región. En conclusión, la solicitud de las empresas estadounidenses al Congreso mexicano es un claro recordatorio de que la política y la economía están intrínsecamente ligadas. En un mundo cada vez más interconectado, las decisiones que se tomen en un país pueden tener repercusiones que trascienden fronteras, y es vital que estos diálogos se lleven a cabo con la atención y seriedad que merecen.