La crisis de financiación se avecina mientras el hospicio de St. Andrew solicita apoyo gubernamental para la atención vital.

La crisis de financiación se avecina mientras el hospicio de St. Andrew solicita apoyo gubernamental para la atención vital.

El CEO del Hospicio de San Andrés insta al gobierno a brindar apoyo en medio de una crisis de financiamiento que amenaza la atención a pacientes terminales en todo el Reino Unido.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En un emotivo llamado por un mayor apoyo financiero, la directora ejecutiva del Hospicio de San Andrés, Michelle Rollinson, ha instado al gobierno a abordar los crecientes desafíos de financiación que enfrentan los hospicios en todo el Reino Unido. El Hospicio de San Andrés, un pilar de la comunidad de Grimsby desde su establecimiento como una organización benéfica en 1979, está lidiando con una presión financiera significativa que amenaza su capacidad para proporcionar servicios vitales a pacientes terminales y sus familias. El hospicio, junto con otros en la región, está experimentando un alarmante aumento en los costos operativos, que han superado la generación de ingresos. Rollinson destacó que el gasto del hospicio es sustancialmente mayor que los ingresos que genera, creando una situación financiera precaria que podría poner en peligro la continuidad de la atención para aquellos que dependen de sus servicios. El Hospicio de San Andrés no está solo en esta lucha. El reciente anuncio de recortes de empleo en cinco hospicios de los West Midlands sirve como un recordatorio preocupante de la crisis financiera más amplia dentro del sector. El Hospicio St Giles ha comenzado consultas para reducir su plantilla en 40 puestos, incluidos roles clínicos críticos, una decisión que ha levantado comprensiblemente alarmas entre el personal y las comunidades a las que sirven. Según Hospice UK, el organismo representativo de los hospicios en todo el país, el modelo de financiación actual para estas instalaciones de atención esencial está en desorden. Han advertido sobre una inminente crisis de financiación que podría llevar a recortes adicionales en los servicios si no se realiza una inversión urgente por parte del gobierno. La organización ha pedido una reestructuración del caótico sistema de financiación, enfatizando la necesidad de soluciones a largo plazo para garantizar que los hospicios puedan seguir operando de manera efectiva. El llamado de Rollinson por asistencia gubernamental se produce en el contexto de un llamado más amplio por una remuneración equitativa dentro del sector. La mayoría de los hospicios se esfuerzan por alinear la compensación del personal con roles equivalentes en el NHS; sin embargo, muchos han luchado por cumplir con el reciente aumento salarial del 5% otorgado a los trabajadores del NHS, lo que agrava aún más los desafíos de reclutamiento y retención en una fuerza laboral ya tensionada. En respuesta a estas preocupaciones urgentes, un portavoz del Departamento de Salud y Atención Social reconoció los importantes desafíos que enfrenta el sector de los hospicios. Señalaron un déficit de £22 mil millones en las finanzas públicas que ha agravado los problemas existentes, afirmando que resolver estos problemas requerirá tiempo y una cuidadosa consideración. El portavoz reiteró el compromiso del gobierno de garantizar que todos tengan acceso a atención de calidad al final de la vida, un sentimiento que deberá ser respaldado con un apoyo financiero tangible. Mientras el Hospicio de San Andrés y sus homólogos navegan por estas aguas turbulentas, el llamado a la acción del gobierno se hace más fuerte. El futuro de estos servicios de atención vital depende de un reconocimiento colectivo de su importancia y de la urgente necesidad de soluciones de financiación sostenibles que prioricen la salud y la dignidad de las personas que enfrentan enfermedades terminales. Sin una intervención rápida, el mismo tejido de la atención en hospicios podría estar en riesgo, dejando a pacientes vulnerables y sus familias sin el apoyo que necesitan desesperadamente.

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