Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La Minster de Grimsby resonó con solemnidad y recuerdo mientras la comunidad local se reunía para un emotivo servicio en honor a los pescadores perdidos en el mar. El regreso de esta querida tradición, que había estado pausada debido a la pandemia, fue recibido con reflexiones emocionales de los asistentes que recordaban vívidamente las tragedias que han moldeado a la comunidad pesquera a lo largo de los años. La Sra. Brown, una de las asistentes, expresó su gratitud por estar de vuelta en la Minster, situada junto al memorial de los pescadores. "Volver aquí es increíble," comentó, enfatizando la importancia del lugar que sirve como un recordatorio conmovedor de las vidas afectadas por las duras realidades de la industria pesquera. Entre los dolientes se encontraba el ex pescador Peter Green, quien tenía una conexión profundamente personal con los trágicos eventos de la Tragedia de los Tres Arrastreros en 1968. Al haber sido testigo de primera mano de la devastación de tres arrastreros perdidos en solo tres semanas, Green compartió sus recuerdos conmovedores, afirmando: "Estaba destrozado. ¿Podríamos hacer algo? No, porque el clima era demasiado malo y hubiéramos sido nosotros los siguientes." Sus palabras llevaban el peso de la experiencia, recordando a los presentes la naturaleza peligrosa de una profesión que a menudo coquetea peligrosamente con el borde del peligro. Jane Hyldon-King, otra miembro de la comunidad que rendía sus respetos, destacó el impacto más amplio de tales tragedias en la unida comunidad de Grimsby. "Prácticamente cada dos semanas un barco se hundía, un arrastrero se perdía," reflexionó. "Afectaba a toda la comunidad. Cada vez que un barco se hundía, no solo era la familia de ese barco, eran todos los pescadores." Sus comentarios subrayaron el duelo compartido que permea la comunidad cada vez que se pierde una vida en el mar, un sentimiento que resonó a lo largo del servicio. El canónigo Peter Mullins articuló la importancia del regreso del servicio a la Minster, enfatizando la necesidad de que la industria pesquera siga siendo una parte significativa de la identidad de Grimsby. "Ha habido una vida perdida este año, así que hacer que la industria pesquera siga siendo parte del centro principal aquí es conmovedor," afirmó, recordando a los asistentes los sacrificios continuos realizados por aquellos que se atreven a desafiar las impredecibles aguas. Según The Seafarers' Charity, la pesca sigue siendo una de las profesiones más peligrosas en el Reino Unido, con aproximadamente 11,000 individuos trabajando en embarcaciones pesqueras en entornos que pueden ser tanto duros como implacables. El servicio en la Minster de Grimsby sirvió no solo como un memorial para aquellos que se han perdido, sino también como un punto de encuentro para que la comunidad honre la resiliencia y valentía de los pescadores que continúan enfrentando estos desafíos a diario. A medida que los asistentes se retiraban de la Minster, el espíritu de recuerdo permanecía en el aire, un testimonio del vínculo duradero entre los pescadores que arriesgan sus vidas en el mar y la comunidad que los respalda.