Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El clima político en Israel se ha vuelto aún más tenso tras las recientes declaraciones del líder de la oposición, Yair Lapid, quien ha acusado al actual primer ministro, Benjamín Netanyahu, de ignorar repetidas advertencias de seguridad antes del devastador ataque del 7 de octubre perpetrado por el grupo islamista Hamás. Durante su comparecencia ante una comisión civil de investigación, Lapid argumentó que la obsesión de Netanyahu por su reforma judicial lo llevó a desestimar informes cruciales sobre el creciente peligro de milicias palestinas. Lapid, ex primer ministro y líder del partido Yesh Atid, presentó evidencia de que el jefe del servicio interno de inteligencia, Shin Bet, ya había emitido advertencias alarmantes en julio de 2023. Según Lapid, estas advertencias subrayaban las consecuencias de la polarización política en Israel y su impacto en la seguridad nacional. En este contexto, el ex primer ministro manifestó su consternación al recordar que, a pesar de la gravedad de la situación, Netanyahu y su gabinete parecían no estar completamente informados o, peor aún, poco interesados en actuar. El 21 de agosto de 2023, un informe del secretario militar de Netanyahu, el general Avi Gil, también había hecho sonar las alarmas. Este documento indicaba que naciones como Irán y sus aliados regionales habían detectado una "debilidad" en el lado israelí, marcada por la división interna y una crisis en las relaciones con Estados Unidos, un aliado clave en materia de seguridad. Lapid afirmó que, a pesar de la seriedad del informe, Netanyahu mostró una actitud de desinterés. Las revelaciones de Lapid han sido respondidas con desdén por el partido Likud, que afirma que el líder opositor está mintiendo. En un comunicado, el partido subrayó que Netanyahu nunca recibió advertencias sobre la guerra en Gaza y que los protocolos de seguridad lo respaldan. Esta defensa política ha llevado a un intercambio de acusaciones entre ambas facciones, lo que refleja la intensa polarización en el actual contexto político israelí. El ex primer ministro no se detuvo ahí. También mencionó que el presidente de Israel, Isaac Herzog, había recibido informes similares sobre el estado de seguridad, lo que plantea preguntas sobre la eficacia de la élite de defensa y su responsabilidad en la falta de respuesta ante la amenaza inminente. Lapid no dudó en señalar que la inacción de las autoridades de defensa, que esperaron instrucciones del liderazgo político, fue una decisión errónea y que la catástrofe era, en última instancia, evitable. La magnitud del ataque de Hamás, que resultó en la muerte de más de 1,200 personas y el secuestro de otras 251, ha llevado a un llamado generalizado para investigar las fallas en la respuesta de seguridad de Israel. A pesar de la presión pública y de altos funcionarios, Netanyahu ha rechazado la idea de establecer una comisión de investigación estatal, lo que ha generado críticas tanto desde la oposición como desde la sociedad civil. A medida que avanza la investigación interna del Ejército, el clima de desconfianza hacia el liderazgo de Netanyahu continúa creciendo. Muchos israelíes se sienten inseguros sobre la dirección del país y la capacidad de sus líderes para proteger sus vidas y su soberanía. La situación interna se complica aún más por la percepción de que la atención del gobierno se ha desviado hacia cuestiones políticas internas en lugar de enfocarse en la seguridad nacional. Este episodio no solo ha dejado una marca en la política israelí, sino que también ha impactado la relación de Israel con sus aliados. La crisis de confianza con Estados Unidos, que se ha manifestado en la falta de apoyo militar y político, es una consecuencia directa de la política interna y la percepción de debilidad en el liderazgo israelí. El próximo paso para Israel es crucial. Mientras Lapid y otros líderes de la oposición exigen respuestas y responsabilidades, el futuro del país depende de la capacidad de sus líderes para abordar tanto la seguridad como la estabilidad política. La polarización interna no solo socava la confianza en el gobierno, sino que también pone en riesgo la seguridad nacional en un momento de creciente hostilidad en la región.