Cineasta bielorruso suplica a Serbia: No me extraditen al régimen autoritario.

Cineasta bielorruso suplica a Serbia: No me extraditen al régimen autoritario.

El cineasta bielorruso Andrei Gnyot implora a Serbia que no lo extradite a Bielorrusia, citando persecución política y la lucha contra el autoritarismo.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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En un conmovedor llamamiento desde el corazón de Belgrado, el cineasta bielorruso y activista político, Andrei Gnyot, ha solicitado fervientemente a las autoridades serbias que se abstengan de extraditarlo de regreso a Bielorrusia, donde enfrenta una orden de arresto internacional por presunto fraude fiscal. La súplica de Gnyot, compartida a través de un mensaje en video visto por la BBC, pone de relieve la lucha más amplia contra el autoritarismo en Bielorrusia y las graves consecuencias que enfrentan aquellos que se atreven a oponerse al régimen. Arrestado al llegar a la capital serbia el pasado octubre, la situación de Gnyot ha atraído la atención sobre el preocupante patrón de persecución política en Bielorrusia. Se describe a sí mismo como "periodista, director de cine, activista político y prisionero político", subrayando las peligrosas circunstancias que enfrentan los activistas en un país conocido por reprimir la disidencia. Su participación en las masivas protestas de oposición que estallaron en Bielorrusia en agosto de 2020, tras las alegaciones de fraude electoral generalizado en las elecciones presidenciales, lo ha convertido en un objetivo a los ojos del gobierno. El activismo de Gnyot va más allá de una mera participación; desempeñó un papel crucial en la documentación de las protestas, compartiendo imágenes vitales que destacaron el descontento público con el régimen del presidente Alexander Lukashenko. También es cofundador de SOS.BY, una iniciativa que unió a destacados atletas bielorrusos en su condena a las acciones del gobierno, mostrando cómo diversos sectores de la sociedad se están movilizando contra la opresión. Notablemente, Gnyot fue fundamental en la promoción de la reubicación de un importante torneo de hockey sobre hielo de Bielorrusia, un movimiento estratégico que despojó a Lukashenko de un evento internacional significativo relacionado con su deporte favorito. A pesar de la retirada de un aviso rojo de Interpol en su contra, que su equipo legal sostiene que fue un cargo motivado políticamente, el gobierno serbio aún está deliberando sobre la solicitud de extradición de Bielorrusia. Esta decisión podría ser inminente, ya que el Tribunal de Apelaciones de Belgrado tiene un plazo de 30 días para emitir un fallo escrito. La gravedad de la situación es evidente, ya que los representantes legales de Gnyot advierten que Bielorrusia tiene un historial de emplear cargos económicos como un disfraz para acusaciones motivadas políticamente. Casos notables incluyen el de Ales Bialiatski, un laureado del Nobel y experimentado defensor de los derechos humanos, quien fue inicialmente detenido por cargos similares relacionados con impuestos. Maria Hudzilina, abogada de Gnyot, enfatizó las claras motivaciones políticas detrás de los cargos presentados contra su cliente, afirmando: "Sabemos cómo es un caso políticamente motivado". Expresa su preocupación de que, si Gnyot es extraditado, podría enfrentar graves cargos, incluyendo extremismo, lo que agravaría aún más el ya precario entorno para los disidentes en Bielorrusia. Mientras Gnyot espera la decisión del tribunal, su situación ejemplifica la lucha continua por la libertad y los derechos humanos en Bielorrusia. Sus incansables esfuerzos por documentar y oponerse al régimen autoritario destacan la resiliencia de aquellos que continúan luchando por principios democráticos, incluso ante graves riesgos personales. El mundo observa de cerca, con la esperanza de que Serbia elija defender los valores de justicia y derechos humanos al negarse a facilitar la represión de otra voz disidente.

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