Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La convención demócrata que se lleva a cabo en Chicago se ha convertido en un auténtico hervidero de entusiasmo, impulsado en gran medida por la figura de la vicepresidenta Kamala Harris. Este fenómeno, apodado "Kamalamanía", no solo está reanimando el espíritu de los demócratas de cara a las elecciones de noviembre, sino que también está resultando ser un verdadero festín comercial para los vendedores de souvenirs políticos en el evento. Entre los pasillos de la convención, los asistentes pueden encontrar una variedad de artículos que celebran la candidatura de Harris, desde zapatillas rosadas decoradas con las letras K y H, hasta camisetas que transforman comentarios misóginos en declaraciones de apoyo. Una de las prendas más llamativas exhibe el eslogan "viejas gatas para Kamala", una respuesta ingeniosa al comentario despectivo del candidato republicano J.D. Vance. Así, los souvenirs no solo funcionan como simples objetos, sino que también se convierten en herramientas de resistencia y afirmación para los votantes demócratas. Los espacios de descanso, como el "Coconut Tree Club", reflejan este renovado entusiasmo. Esta zona se inspira en una cita memorable de Harris, en la que recordaba con humor cómo su madre les advertía sobre la vida con la metáfora de no caer de un cocotero. La viralidad de esta frase ha servido como inspiración para el diseño de varios productos y, más aún, ha reforzado la conexión emocional entre los votantes y la candidata. Los vendedores de merchandising se encuentran en una especie de euforia ante el repunte de interés en sus productos, un cambio notable comparado con la apatía que rodeaba al presidente Joe Biden. Brian Randolph, uno de los comerciantes en la convención, describe la emoción que se siente en el aire, sugiriendo que la atmósfera actual es comparable a la que rodeaba al expresidente Barack Obama en sus días de campaña. Randolph afirma que la gente está "orgullosa" de participar en la nominación de Harris, lo que refleja un deseo no solo de apoyo, sino de conexión con un momento histórico. Mientras que el merchandising político solía estar dominado por la parafernalia republicana, los artículos que rodean a Harris están comenzando a captar atención de manera similar. La empresa de Randolph, que apenas comenzó a vender recuerdos políticos al inicio de la campaña de Harris, está viendo un resurgimiento no solo en el interés sino también en las ventas, lo que augura un clima favorable para los demócratas. Este fenómeno no solo se limita a la convención, sino que se extiende a múltiples eventos a lo largo del país. La dinámica ha cambiado, y ahora el entusiasmo por la candidatura de Harris está movilizando a los votantes, lo que podría convertirse en un factor crucial en el desenlace de las elecciones. Las camisetas, tazas, y otros artículos no solo son considerados recuerdos, sino que actúan como símbolos de una lucha más amplia por los valores democráticos. Aunque es cierto que estos productos no cambiarán la opinión de los votantes republicanos, su impacto se siente en la movilización interna de los demócratas. La presencia de artículos de apoyo en manos de los votantes puede ser un elemento clave en la estrategia de acercamiento a un electorado que necesita sentirse energizado y respaldado. La convención demócrata en Chicago está, por lo tanto, configurándose como un espacio no solo para la política, sino también para la cultura y el comercio. En este sentido, la "Kamalamanía" tiene el potencial de ser un fenómeno que trasciende las fronteras de la contienda electoral, estableciendo un nuevo estándar para el activismo a través del merchandising. En resumen, mientras los demócratas se preparan para un desafío crucial en las próximas elecciones, el impulso de Kamala Harris está funcionando como un catalizador para la moral del partido. La combinación de su liderazgo y el fervor que ha despertado en los seguidores está dando un nuevo aire a la política estadounidense, y el merchandising es solo una de las muchas formas en las que este entusiasmo se está materializando. La convención no es solo un evento político; es un fenómeno cultural que refleja la esperanza y la determinación de un partido en busca de la victoria.