Podemos Perú se niega a dialogar con Boluarte, evidenciando desconfianza política

Podemos Perú ha decidido no participar en la reunión convocada por la presidenta Dina Boluarte en Palacio de Gobierno, una decisión que se alinea con la reciente postura adoptada por el partido Avanza País. Esta negativa a dialogar refleja un clima de desconfianza y desacuerdo entre la actual administración y estas agrupaciones políticas, que manifiestan preocupaciones serias sobre la gestión gubernamental. En una carta dirigida a la mandataria, el secretario general de Podemos Perú, José Luna Morales, expone que su decisión responde a la necesidad de preservar la independencia política del partido frente al poder de turno. La misiva destaca que uno de los miembros de su bancada parlamentaria presidirá la Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso, lo que acentúa la importancia de mantener una postura crítica y autónoma respecto al Ejecutivo. Luna también se refiere a los esfuerzos que actualmente lleva a cabo el partido en el ámbito legislativo, donde trabajan en propuestas centradas en la reactivación económica, la generación de empleo para los jóvenes y el fortalecimiento de la seguridad en el país. Estas iniciativas, según el secretario general, son fundamentales para abordar los problemas sociales y económicos que aquejan a la ciudadanía. La carta también aborda las graves preocupaciones de Podemos Perú sobre la gestión del gobierno de Boluarte. Luna sostiene que la administración no ha cumplido con los objetivos centrales de garantizar seguridad y bienestar a los peruanos, ni ha logrado reducir las brechas sociales y económicas que afectan a la sociedad. Este incumplimiento, según el partido, pone en riesgo los principios democráticos que sustentan al país. En este contexto, Podemos Perú hace un llamado a la presidenta para que "enmiende los errores cometidos" y oriente al país hacia un futuro más próspero. Este tipo de exhortaciones refleja una frustración palpable en el ambiente político, donde la percepción de ineficacia gubernamental se ha vuelto común entre las fuerzas de oposición. Por otro lado, el partido Avanza País también ha expresado su rechazo a la convocatoria presidencial, argumentando que las reuniones anteriores no han producido resultados concretos y, en cambio, han dado la impresión de un respaldo a una gestión que cuenta con un 95% de desaprobación. Su secretario general, Luis Flores Reategui, enfatiza la falta de una gestión efectiva y la creciente ola de inseguridad que afecta a la población. Flores Reategui también critica la falta de acción en torno a la impunidad de Vladimir Cerrón, lo que sumado a la ineficiencia gubernamental, incrementa la desconfianza hacia el Ejecutivo. La percepción de una falta de liderazgo y capacidad en el Gabinete también es un punto central en el descontento de Avanza País y, en cierta medida, de Podemos Perú. Por el momento, la relación entre el Ejecutivo y estas fuerzas políticas se encuentra en una encrucijada. A pesar de que la presidenta Boluarte busca establecer un diálogo, la respuesta de los partidos muestra una resistencia a participar en lo que consideran un esfuerzo superficial y tardío para abordar los desafíos que enfrenta el país. Además, es importante destacar que, a pesar de la negativa de las agrupaciones políticas a unirse a la reunión, algunos de sus miembros siguen ocupando posiciones significativas en el Congreso, lo que plantea interrogantes sobre la coherencia de sus posturas y su capacidad para influir en la política nacional desde esos espacios. La situación política en Perú es compleja y evidencia una creciente división entre el gobierno y la oposición, lo que podría complicar aún más la gobernabilidad en los próximos meses. La falta de un diálogo constructivo y la incapacidad para encontrar consensos podrían llevar al país a un estado de mayor incertidumbre, en un momento en que la población demanda soluciones efectivas a problemas urgentes. La invitación de la presidenta Boluarte, entonces, no solo es una llamada a la colaboración, sino un reflejo de la necesidad de reconstruir puentes en un entorno político fracturado.