Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un audaz cambio de la narrativa tradicional de campaña, la vicepresidenta Kamala Harris está restableciendo su presencia en la arena política con una estrategia fresca que enfatiza las libertades individuales mientras apunta claramente a Donald Trump y su compañero de fórmula, JD Vance. Los recientes mítines, caracterizados por un mensaje más conciso y una energía contagiosa, están moldeando el tono de la campaña a medida que se prepara para las próximas elecciones. Acompañada por el gobernador de Minnesota, Tim Walz, Harris ha subido al escenario con un entusiasmo vibrante que resuena con las multitudes. La elección de una banda sonora, notablemente "Freedom" de Beyonce, subraya un tema que retrata la campaña demócrata como defensora de las libertades estadounidenses. Este trasfondo musical estratégico no solo amplifica su mensaje, sino que también revitaliza a los seguidores que anhelan un cambio. El mensaje de Harris ha experimentado un cambio notable de una narrativa centrada en las deficiencias del presidente Biden a una que se centra en las excentricidades percibidas y las amenazas que plantea la candidatura republicana. Al calificar a sus oponentes de "raros", introduce una caracterización pegajosa y memorable que probablemente permanecerá en la mente de los votantes. Este enfoque no solo le permite distanciarse de las vulnerabilidades de Biden, sino que también retrata a Trump y Vance como desconectados de los valores y realidades de los estadounidenses comunes. En un reciente mitin en Filadelfia, Harris ofreció un poderoso mensaje que resonó profundamente con la multitud. "No vamos a retroceder", proclamó, invocando un sentido de urgencia y determinación que parece encapsular la ética central de la campaña. Esta frase, que se ha convertido en un lema de facto, sirve como un grito de guerra para aquellos que desean avanzar en lugar de volver a las políticas del pasado. La estrategia de la campaña, aunque recuerda el mensaje de Biden de 2020 que enmarcaba a Trump como una "amenaza para la democracia", se ha destilado en una narrativa más personal y accesible. Al enfocarse en las libertades y apelar a un sentido de seguridad, Harris está pintando un cuadro de un futuro que prioriza las necesidades y derechos de los estadounidenses, contrastando marcadamente con lo que ella describe como un enfoque regresivo del GOP. Además, la asociación con el gobernador Walz añade un elemento de fortaleza regional y gobernanza progresista a la candidatura, potencialmente atrayendo a votantes que anteriormente se sintieron alienados por la política nacional. Su presencia amplifica el mensaje de Harris y sugiere un frente unido comprometido a promover una visión que eleva en lugar de disminuir. A medida que la carrera electoral se intensifica, la capacidad de Harris para redefinir su narrativa y utilizarla contra sus oponentes podría resultar crucial. Al canalizar un mensaje que parece tanto accesible como urgente, está reposicionándose efectivamente en el panorama político, un mitin a la vez. A medida que avanza la campaña, queda por ver cómo este enfoque influirá en el sentimiento de los votantes y si resonará lo suficiente como para inclinar al electorado a favor de la candidatura demócrata.