Maduro ataca redes sociales mientras crecen protestas y descontento en Venezuela

Maduro ataca redes sociales mientras crecen protestas y descontento en Venezuela

Maduro critica redes sociales como TikTok e Instagram, acusándolas de fomentar el odio y la desinformación en medio de protestas y crisis en Venezuela.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, Central Hidro
Política

En un contexto de creciente tensión y descontento social, Nicolás Maduro ha lanzado un nuevo ataque contra las redes sociales, señalando a plataformas como TikTok e Instagram como "multiplicadores del odio" en Venezuela. Durante un acto televisado, el presidente venezolano expresó su preocupación por la falta de regulación en el uso de estas plataformas, las cuales, según él, fomentan la desinformación y la polarización entre los venezolanos. Esta declaración surge en medio de protestas que han estallado tras los resultados de las elecciones, que Maduro asegura haber ganado, aunque la oposición y gran parte de la comunidad internacional cuestionan la legitimidad de estos comicios. Maduro, aprovechando el escenario de crisis, pidió al Consejo de Defensa y al Consejo de Seguridad recomendaciones sobre cómo regular el uso de las redes sociales en el país. Según su visión, estas plataformas han sido utilizadas para crear un ambiente de odio y división, un argumento que resuena con su narrativa de victimización frente a un supuesto ataque imperialista. "Los principales instrumentos multiplicadores conscientes del odio y el fascismo son TikTok e Instagram", afirmó, desviando la atención de otros problemas que aquejan a la nación, como la crisis económica y la escasez de servicios básicos. Las acusaciones del presidente no son nuevas, ya que durante años ha señalado a diversas plataformas digitales como cómplices de la oposición. Sin embargo, su reciente declaración marca un intento de centrar la atención en la narrativa de una "guerra cibernética" en lugar de abordar las demandas sociales de la población. El uso de términos como "ciber-fascista" e "imperialismo norteamericano" refleja su estrategia de deslegitimar las críticas y mantener un discurso de unidad en torno a la imagen del chavismo. En medio de estas tensiones, las protestas han ganado protagonismo, resultando en 2.000 detenciones y la pérdida de vidas tanto de civiles como de militares. Las ONG han documentado al menos 11 muertes de civiles, lo que subraya la severidad de la represión gubernamental ante la disidencia. A pesar de las advertencias de Maduro sobre la unidad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), muchos se preguntan si esta cohesión es realmente representativa o si es una fachada para ocultar las fisuras en el apoyo al régimen. Por otro lado, el uso de redes sociales como herramientas de movilización y comunicación en contextos de crisis se ha vuelto cada vez más evidente a nivel global. Maduro, al acusar a estas plataformas de ser la raíz del mal, parece ignorar el papel que han jugado en la organización de protestas y la difusión de información alternativa a la oficial. La reacción del gobierno, en lugar de fomentar un diálogo, podría estar incentivando un mayor uso de estas herramientas por parte de quienes buscan expresar su descontento. La mención de un "ataque ciber-fascista" contra el sistema informático del Consejo Nacional Electoral también llama la atención. La utilización de este término sugiere una estrategia del gobierno para justificar la represión y reforzar la narrativa de que está siendo atacado por fuerzas externas. Sin embargo, esto puede desviar el foco de los problemas internos que enfrenta Venezuela, como la crisis humanitaria y el colapso de servicios esenciales, que son el verdadero motor del descontento popular. En este panorama, es crucial observar quiénes son las figuras que sostienen al régimen de Maduro. En su núcleo duro se encuentran personajes como Diosdado Cabello, uno de los hombres más influyentes del chavismo, así como otros altos mandos militares que han mostrado lealtad al presidente. Este grupo ha mantenido su posición a pesar de las presiones económicas y sociales, lo que plantea interrogantes sobre la estabilidad del régimen en el futuro. El hecho de que esta retórica se intensifique en medio de protestas masivas sugiere que el gobierno busca no solo controlar el discurso, sino también aplacar el miedo y la desconfianza que circulan entre las fuerzas de seguridad y la población. La deslegitimación de las redes sociales es, en este sentido, un intento de socavar el poder de movilización que estas ofrecen a la oposición, aunque dicha estrategia podría ser contraproducente. El desafío que enfrenta Maduro es monumental, y su visión de un país cohesionado bajo la bandera del chavismo se encuentra en un cruce de caminos. La creciente insatisfacción entre la ciudadanía, alimentada por la crisis económica y social, y una oposición que busca aprovechar cualquier resquicio para aunar fuerzas, son factores que complican aún más su permanencia en el poder. Esta situación pone de relieve la complejidad del panorama político en Venezuela, donde la lucha por el poder y la legitimidad se libra no solo en las calles, sino también en el ámbito digital. La respuesta del gobierno a este fenómeno podría definir el próximo capítulo en la tumultuosa historia política del país.

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