Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Para Cindy Ngamba, el camino para convertirse en una boxeadora formidable ha sido anything but straightforward. La atleta de 25 años, originaria de Camerún, está a punto de hacer historia, ya que se encuentra a solo una victoria de asegurar potencialmente una medalla en los próximos Juegos Olímpicos de París. Sin embargo, el viaje de Ngamba está profundamente entrelazado con sus experiencias como refugiada, lidiando con la realidad de no poder regresar a su tierra natal debido a las amenazas que enfrenta como miembro de la comunidad LGBTQ+. La narrativa de Ngamba es una de resiliencia, marcada por el trauma de haber sido detenida en un centro de inmigración en Londres en 2019. El miedo a ser detenida nuevamente acecha en el fondo de su mente mientras navega por la vida en Bolton, Gran Manchester, donde reside actualmente. "¿La arrestarán de nuevo, le pondrán grilletes y la meterán en un overol?" Esta inquietante pregunta refleja la incertidumbre que acompaña su vida diaria, pero está acompañada de una determinación inquebrantable para seguir su carrera en el boxeo. Habiendo ingresado al programa de refugiados del Comité Olímpico Internacional durante la pandemia de COVID-19, Ngamba ha emergido como un faro de esperanza para muchos, representando al equipo de refugiados de 37 miembros en los Juegos Olímpicos. Si derrota a la francesa Davina Michel en los cuartos de final de peso medio, no solo ganará una medalla, sino que también se convertirá en la primera atleta del equipo de refugiados en hacerlo, un logro que sin duda inspirará a innumerables otros que enfrentan luchas similares. Su ascenso al escenario olímpico no está exento de desafíos. A pesar de haber ganado tres títulos nacionales en varias categorías de peso y recibir apoyo de GB Boxing, Ngamba ha enfrentado repetidas denegaciones de sus solicitudes de ciudadanía. Nick Rayner, uno de sus entrenadores, expresó la frustración de muchos que han sido testigos del talento y la tenacidad de Ngamba. "Cindy es una de las personas más inspiradoras que he conocido... Ha enfrentado tantos obstáculos. A lo largo de su vida, le han dicho que no puede ser algo o hacer algo." La rutina de entrenamiento de Ngamba refleja las complejidades de su situación. Entrena junto a algunos de los mejores boxeadores amateurs de Gran Bretaña en Sheffield, pero lo hace sin compensación financiera, dependiendo del patrocinio para mantenerse. Esta existencia precaria se ve agravada por las dificultades que enfrenta para obtener documentos de viaje, que incluso le impidieron conocer al legendario boxeador Evander Holyfield como estaba planeado. Su viaje comenzó de una manera aparentemente modesta, ya que buscaba perder peso y mejorar su estado físico con la esperanza de unirse a la fuerza policial. El boxeo, que comenzó como un medio de superación personal, se transformó lentamente en una pasión que reveló su talento natural. Bajo la guía de sus entrenadores, incluido Dave Langhorn, Ngamba perfeccionó sus habilidades, ascendiendo rápidamente a pesar de los obstáculos que encontró como boxeadora en un deporte dominado por hombres. El entorno de apoyo en Halliwell ABC en Bolton, donde Ngamba ha entrenado durante la última década, ha desempeñado un papel fundamental en su desarrollo. Entrenadores y compañeros boxeadores se unieron a su alrededor, reconociendo su determinación y coraje. Mientras realizaba sparring con oponentes experimentados, Ngamba demostró su capacidad, desestimando las preocupaciones sobre su inexperiencia y mostrando una feroz competitividad que insinuaba la campeona que estaba destinada a convertirse. Alex Matvienko, un entrenador en el gimnasio Elite Boxing, destacó la evolución de Ngamba, describiéndola como una parte central de la familia del gimnasio, un lugar que acoge a refugiados de diversos orígenes. Enfatizó la importancia de su historia, animándola a documentar sus experiencias de vida, ya que podrían inspirar a otros. Ahora, mientras se prepara para entrar en el ring en busca de la gloria olímpica, la historia de Ngamba es un testimonio del poder de la resiliencia y la determinación. "Supongo que tienes que sufrir para obtener una vida mejor", reflexiona, encarnando un espíritu que resuena con muchos. Su viaje no se trata solo del boxeo; es una profunda narrativa de esperanza y coraje, inspirando a aquellos que enfrentan la adversidad a perseguir sus sueños contra todo pronóstico. Mientras se encuentra al borde de la historia olímpica, Ngamba no solo lucha por sí misma; lucha por todos aquellos que comparten su lucha, recordándonos que la fuerza puede surgir de las circunstancias más desafiantes.