Nuevo Ministerio de Infraestructura en Perú busca mejorar proyectos y gestión pública

En el reciente mensaje a la Nación con motivo de las Fiestas Patrias, uno de los anuncios más relevantes fue la creación del nuevo Ministerio de Infraestructura, una medida que ha suscitado una variedad de reacciones y expectativas en el ámbito político y social. La ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Hania Pérez de Cuéllar, ha ofrecido más detalles sobre cómo esta nueva cartera se integrará en la estructura del Gobierno y su papel en la ejecución de proyectos de inversión pública. Durante una entrevista en RPP, la ministra describió el nuevo ministerio como una versión ampliada de la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN). Esto sugiere que el enfoque del Ministerio de Infraestructura no solo abarcará la construcción de proyectos, sino también sus procesos de supervisión, lo que podría resultar en una mayor eficiencia en la gestión de obras públicas. La idea es que esta nueva entidad asuma un rol centralizado que permita mejorar la ejecución de infraestructuras en el país. Un aspecto clave que destacó Pérez de Cuéllar es que cada ministerio que actualmente ejecuta programas relacionados con infraestructura podrá delegar sus responsabilidades al nuevo ministerio. Esto liberará recursos y permitirá que los sectores se concentren en la formulación de políticas públicas, en lugar de en la ejecución de obras. Este cambio busca establecer un sistema donde la planificación y la priorización de proyectos se realicen de manera más efectiva, alineándose con las necesidades del país. La ministra también subrayó que la propuesta surge de un diagnóstico sobre las capacidades de cada sector para llevar a cabo obras. En este sentido, el Ministerio de Infraestructura centraría esfuerzos en mejorar los procesos existentes, abordando así las deficiencias que han llevado a la paralización de numerosos proyectos. "Es una necesidad urgente", afirmó, aludiendo a los más de 2,000 proyectos actualmente detenidos, muchos de ellos vinculados a problemas de corrupción. Sin embargo, a pesar del optimismo del Ejecutivo, Pérez de Cuéllar reconoció que la creación de este nuevo ministerio no está exenta de obstáculos. La iniciativa deberá ser discutida y aprobada en el Congreso, un proceso que puede enfrentarse a demoras o incluso a rechazos. "En un escenario negativo, podría no llegar a buen puerto", advirtió, lo que refleja la incertidumbre inherente al proceso legislativo. A pesar de esta posible resistencia, la titular del MVCS enfatizó la importancia de abrir un debate público sobre la situación de la infraestructura en Perú. "Lo esencial es poner en la agenda nacional qué hacer con las obras paralizadas", manifestó, instando a la colaboración entre sectores para encontrar soluciones efectivas. Este enfoque proactivo podría ser clave para abordar los retos que enfrenta el país en términos de infraestructura. El anuncio del nuevo ministerio también ha suscitado críticas y dudas entre algunos sectores de la oposición. Existen preocupaciones sobre la efectividad de crear una nueva entidad en un contexto donde ya se han implementado numerosas reformas y ajustes en el aparato estatal. Para muchos, la cuestión radica en si un nuevo ministerio realmente podrá resolver problemas arraigados o si simplemente será un cambio superficial que no abordará las causas subyacentes de la ineficiencia en la ejecución de obras. A medida que avanza la discusión sobre la creación del Ministerio de Infraestructura, será fundamental que se establezcan mecanismos de rendición de cuentas y transparencia. La confianza pública es un elemento crucial en cualquier esfuerzo por revivir obras paralizadas y combatir la corrupción. Sin un compromiso real hacia la transparencia, cualquier intento de renovación podría quedar en el papel. En conclusión, la creación del Ministerio de Infraestructura representa una oportunidad para reestructurar la forma en que Perú aborda sus necesidades de infraestructura. Con un enfoque renovado en la planificación y la ejecución, este nuevo ministerio podría ser un paso hacia la solución de problemas que han afectado el desarrollo del país. Sin embargo, el camino hacia su implementación efectiva dependerá en gran medida de la voluntad política y de la capacidad del Gobierno para superar los desafíos que se presenten en el camino.