Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un alarmante informe divulgado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC), se destaca que Irak se ha convertido en un punto crítico en el tráfico y consumo de drogas en el último lustro. La situación ha alcanzado niveles nunca antes vistos, con un notable aumento en la incautación de drogas, especialmente del captagon, una potente anfetamina que ha proliferado en la región. En 2023, las autoridades iraquíes han logrado incautar un asombroso total de 24 millones de pastillas de captagon, lo que equivale a más de 4,1 toneladas de esta sustancia, con un valor que oscila entre los 84 y 144 millones de dólares. El captagon, que inicialmente se utilizaba como tratamiento para la narcolepsia y los trastornos de atención, se ha transformado en un fenómeno comercial que abarca varios países de Oriente Medio. La ONUDC señala que las incautaciones de captagon en Irak han triplicado su volumen entre 2022 y 2023, y que las cantidades confiscadas en este último año son 34 veces mayores que las incautaciones de 2019. Esto no solo refleja un incremento en la disponibilidad de estas drogas, sino también la creciente dependencia y consumo en la población iraquí. Siria se ha consolidado como el principal punto de origen del captagon, convirtiéndose en un verdadero narcoestado, mientras que Arabia Saudita se perfila como el mayor mercado consumidor de esta droga. La frontera entre Irak y Siria, que se extiende por 600 kilómetros, se ha convertido en una vía de tránsito utilizada por los traficantes para introducir grandes cantidades de captagon en territorio iraquí. Este hecho pone de relieve la vulnerabilidad de Irak, que enfrenta desafíos no solo relacionados con el tráfico de drogas, sino también con la inestabilidad social y política, exacerbada por años de conflicto. El informe de la ONUDC también resalta que, entre 2019 y 2023, un abrumador 82% del captagon incautado en la región tiene su origen en Siria, seguido por Líbano con un 17%. Este flujo constante de drogas pone en riesgo la salud pública y el bienestar de la población en Irak, que con una población de aproximadamente 43 millones de personas, enfrenta un aumento significativo en el consumo de sustancias controladas, particularmente en tiempos de conflicto y crisis social. Además del captagon, Irak se está convirtiendo en un punto de tránsito para otras drogas sintéticas, como la metanfetamina, que se produce predominantemente en Afganistán. La ONUDC advierte que estas sustancias tienen como destino el Golfo Pérsico y Europa, lo que convierte a Irak en un eslabón crucial en una cadena de tráfico internacional. Esto no solo plantea un reto para las autoridades iraquíes, quienes deben hacer frente a una creciente demanda interna y externa, sino que también exacerba las tensiones en una región ya de por sí volátil. Ante esta situación, los gobiernos de la región han intensificado sus esfuerzos para abordar el problema del tráfico de drogas, especialmente bajo la presión de los Estados del Golfo, que son los principales consumidores de captagon. Sin embargo, la eficacia de estas medidas sigue siendo cuestionada, dado el entorno inestable en el que se desarrolla este comercio ilícito. La comunidad internacional observa con preocupación cómo Irak, en medio de sus luchas internas por la estabilidad y la reconstrucción, se enfrenta a una crisis de salud pública provocada por el narcotráfico. La situación requiere no solo de acciones contundentes a nivel local, sino también de un enfoque coordinado entre los países de la región para desmantelar las redes de tráfico y ayudar a aquellos que sufren de adicción. La lucha contra el narcotráfico en Irak no solo es una cuestión de seguridad, sino también de salud pública y desarrollo social. La creciente epidemia de consumo de drogas representa una amenaza directa para el futuro de una generación, que, en lugar de construir un país próspero, se enfrenta a los efectos devastadores de la droga y la criminalidad. En conclusión, la crisis del tráfico de drogas en Irak es un fenómeno alarmante que requiere atención urgente y medidas efectivas. La respuesta de la comunidad internacional, junto con la voluntad política de las autoridades iraquíes, será fundamental para revertir esta tendencia y asegurar un futuro más saludable y estable para el país y su población. La lucha contra las drogas en Irak es, sin duda, un desafío complejo que no puede ser ignorado.