Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La directora del Servicio Secreto de los Estados Unidos, Kimberly Cheatle, presentó su renuncia el martes, luego del intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump, desatando una ola de críticas sobre la agencia y su fracaso en proteger a los mandatarios actuales y pasados. Cheatle, quien había asumido el cargo en agosto de 2022, se enfrentaba a crecientes presiones y múltiples investigaciones sobre cómo el agresor logró aproximarse tanto al candidato presidencial republicano durante un mitin de campaña en Pensilvania. "Asumo toda la responsabilidad por la falla de seguridad", manifestó Cheatle en un correo electrónico enviado al personal y obtenido por The Associated Press. Ante los recientes acontecimientos, la ahora exdirectora del Servicio Secreto tomó la difícil decisión de dejar su cargo, aunque se espera que su renuncia no ponga fin al escrutinio sobre la agencia tras las fallas del 13 de julio. Este episodio ocurrió en un momento crucial previo a la Convención Nacional Demócrata y en medio de una agitada temporada de campañas presidenciales. En una comparecencia ante una comisión del Congreso un día antes de su renuncia, Cheatle fue duramente reprendida por legisladores de ambos partidos por las deficiencias en la seguridad durante el atentado contra Trump. La funcionaria describió el incidente como la falla operativa más grave en décadas para el Servicio Secreto, asumiendo la total responsabilidad de las fallas, pero evitando responder preguntas específicas sobre la investigación, lo que generó más críticas. El presidente Joe Biden, en un comunicado, afirmó que lo ocurrido aquel día no puede repetirse y anunció que designaría pronto a un nuevo director para el Servicio Secreto. Agradeció a Cheatle por sus años de servicio público y por liderar la agencia en su gobierno. Mientras tanto, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, nombró como director interino al subdirector Ronald Rowe, con 23 años de experiencia en el Servicio Secreto. Durante la audiencia en el Congreso, Cheatle mantuvo una postura desafiante al afirmar que era la persona indicada para liderar la agencia, a pesar de reconocer las fallas de seguridad. Frente a las críticas y sugerencias de renuncia, la exdirectora se mantuvo firme en su posición. La investigación reveló que el agresor, Thomas Matthew Crooks, de 20 años, logró acercarse a una distancia preocupante del escenario donde se encontraba Trump, a pesar de que se había recibido información previa sobre posibles amenazas. El tiroteo dejó un saldo trágico con un asistente fallecido y otros dos heridos de gravedad, además de Trump resultar herido. Detalles posteriores mostraron que el Servicio Secreto había sido alertado múltiples veces sobre el sospechoso antes del incidente, y que el tejado desde donde se realizó el ataque había sido identificado como una posible vulnerabilidad. Sin embargo, persisten las incógnitas sobre por qué no se tomaron medidas preventivas adecuadas. La renuncia de Cheatle generó una nueva reacción por parte de Trump, quien expresó en redes sociales sentir que no fue protegido adecuadamente por el gobierno de Biden/Harris, y que el hecho de haber recibido un disparo fue un honor por la democracia. Mientras tanto, la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes había convocado a Cheatle para una nueva audiencia sobre el intento de asesinato, la cual no se llevó a cabo debido a su renuncia. El caso del atentado contra Trump ha puesto en entredicho la eficacia y seguridad del Servicio Secreto de los Estados Unidos, desatando una serie de investigaciones y críticas que seguirán en curso para esclarecer las circunstancias que permitieron el grave incidente del 13 de julio. La designación de un nuevo director y la auditoría en curso buscan restablecer la confianza en la agencia encargada de proteger a los líderes políticos más importantes del país.