Investigación del FBI revela detalles sobre intento de asesinato contra Trump

A medida que avanzan las investigaciones del FBI en torno al intento de asesinato contra el candidato presidencial Donald Trump perpetrado por Thomas Matthew Crooks, un joven de 20 años abatido tras disparar al magnate durante un mitin en Butler, Pensilvania, Estados Unidos, han salido a la luz nuevos detalles que arrojan luz sobre los movimientos del atacante antes del fatídico evento. Las autoridades han realizado un exhaustivo trabajo que incluye la entrevista a más de 100 personas relacionadas de alguna manera con el ataque, ya sea personal policial, asistentes al mitin de Trump o testigos presenciales. Así mismo, se ha accedido al teléfono de Crooks y se ha concluido la inspección de su automóvil, que fue encontrado afuera del lugar del evento, así como de la casa de su familia en los suburbios de Pittsburgh. Uno de los hallazgos más preocupantes fue la presencia de dos dispositivos explosivos improvisados en el vehículo de Crooks y uno en su residencia, junto con el descubrimiento de más de una docena de armas durante un allanamiento. Además, se reveló que en los meses previos al ataque, Crooks recibió varios paquetes, algunos de los cuales estaban marcados como potencialmente peligrosos, según un boletín del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional citado por ABC News. La falta de información sobre el atacante ha planteado un desafío para las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley. Expertos como Gregg McCrary, exagente del FBI, han señalado que individuos como Crooks, que no tienen una presencia destacada en redes sociales ni emiten señales evidentes de alerta, representan una amenaza latente y complicada de detectar. Según información obtenida por CNN, Crooks visitó un campo de tiro el viernes previo al ataque y practicó con un arma, adquiriendo además una escalera que luego utilizaría para acceder al techo de un edificio cercano desde donde disparó contra Trump. El sábado, antes del intento de asesinato, Crooks le pidió a su padre prestado un rifle estilo AR-15, que finalmente sería el arma empleada en el atentado. El Servicio Secreto había identificado la azotea desde donde se llevó a cabo el ataque como un potencial riesgo de seguridad, pero discrepancias sobre quién era responsable de la protección del edificio han surgido entre las autoridades locales y el propio Servicio Secreto. La seguridad de dicho lugar era crucial, ya que se encontraba junto al recinto donde Trump se presentaba. Pese a los esfuerzos por reconstruir el perfil de Crooks, se han encontrado pocos detalles sobre sus antecedentes. Se sabe que era un republicano registrado y que había donado a una campaña electoral progresista relacionada con los demócratas. Creció en un suburbio acomodado de Pittsburgh, se graduó recientemente en ciencias de la ingeniería y trabajaba como asistente dietético en una residencia de ancianos. Excompañeros de clase han manifestado su sorpresa ante la noticia, describiendo a Crooks como un individuo inteligente pero reservado. Algunos señalan que no mostraba señales evidentes de comportamiento violento, mientras otros recuerdan episodios de acoso hacia él en la escuela. La comunidad donde creció se muestra consternada por la revelación de que un exalumno suyo haya estado involucrado en un acto tan grave. En medio de la investigación en curso, las autoridades continúan evaluando las pistas y tratando de comprender los motivos que llevaron a Crooks a perpetrar el atentado contra Trump. La complejidad del caso y la falta de señales claras de alerta plantean interrogantes sobre cómo prevenir futuros actos de violencia de esta naturaleza y la importancia de abordar las posibles amenazas de manera integral.