Una madre con su hija, solas. Frente a ambas, la selva peruana

Una madre con su hija, solas. Frente a ambas, la selva peruana. La madre tiene una promesa de trabajo como profesora pero no puede llegar al pueblo por capricho de la naturaleza. Ella decide trabajar allí donde se encuentra. Esta es la trama de "Islandia", una película peruana que llega esta semana a la cartelera y que no solo es un homenaje a los educadores del Perú, sino también a la madre de la cineasta, Ina Mayushin. La cinta, basada en hechos reales con tintes de ficción, nos sumerge en la historia de Emilia, una maestra interpretada por Claudia Solís, y su hija Irina, a cargo de Mariafe Vargas Inca. La película comienza como un documental, mostrando la historia de la madre de la directora, y luego se transforma en ficción, narrando la historia de una mujer que encuentra en un remoto pueblo de Loreto un refugio para sanar las heridas de la pérdida de su esposo. La directora, con una emotiva motivación personal, nos lleva a un viaje de descubrimiento y redención a través de los ojos de Emilia, un personaje que se sumerge en un entorno desconocido y hostil que, paradójicamente, la necesita. El proceso de realización de "Islandia" fue largo, tomando 12 años para completarse, algo no común en el cine peruano no comercial. Sin embargo, este esfuerzo fue reconocido con diversos premios y becas, destacando el Estímulo del Concurso Nacional de Largometrajes de Ficción y el premio de desarrollo de guion otorgado por la Fundación Borau, lo que demuestra la calidad y el compromiso detrás de la producción de la película. La historia de "Islandia" también sirve como crítica social, al mostrar la falta de acceso a educación básica en las comunidades más alejadas y desfavorecidas. La película pone en evidencia la realidad precaria de lugares como Samito, donde la ausencia de servicios básicos como agua, luz y desagüe es una triste verdad que las autoridades parecen ignorar. La directora busca dar voz a estas realidades, haciéndolas visibles a través del cine y convirtiendo a su obra en un llamado de atención a las autoridades y a la sociedad en general. Además, "Islandia" aborda de manera crítica la masculinidad peruana, mostrando cómo los hombres del pueblo ven a la profesora como un objeto de deseo hasta que descubren el poder transformador de la educación, momento en el cual se alejan y la rechazan. Esta dualidad entre el supuesto deseo por una mujer independiente y empoderada y el rechazo a sus ideas y conocimientos es un tema central en la película, que invita a reflexionar sobre las contradicciones de la sociedad en la que vivimos. Para la directora, la película es también una forma de conectar con su familia y honrar la memoria de su madre. A través de la historia de Irina, un alter ego de la cineasta, Mayushin logra revivir los años maravillosos que pasó al lado de su mamá, mostrando cómo el cine puede ser una poderosa herramienta para explorar nuestras emociones y nuestra historia personal. "Islandia" es, en definitiva, más que una película, es un viaje emocional y reflexivo que invita a cuestionar nuestras creencias y a valorar el poder transformador del conocimiento y la educación en nuestras vidas.