La crisis humanitaria en Gaza: un llamado urgente a la paz y protección civil.

La tensión en Medio Oriente ha vuelto a alcanzar niveles críticos con la intensificación de la ofensiva de Israel en la ciudad de Gaza. En particular, las operaciones militares se han centrado en los barrios de Rafah y Shujaiya, donde el Ejército israelí asegura haber abatido a decenas de presuntos combatientes en combates cuerpo a cuerpo y con apoyo aéreo. La situación en la Franja de Gaza es cada vez más desgarradora, con un saldo de 43 muertes en un solo día y más de 100 heridos, elevando el total de víctimas a cifras alarmantes. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, el conflicto ha dejado un desolador balance de 37,877 fallecidos, mayormente mujeres y niños, y 86,969 heridos. Además, se estima que alrededor de 10,000 personas siguen atrapadas bajo los escombros de los edificios bombardeados. Las acciones del Ejército israelí han incluido incursiones en lugares como una escuela de la ONU que presuntamente era utilizada como escondite y almacén por milicianos de Hamás, donde se encontraron armamento y documentos de inteligencia. Las autoridades israelíes han defendido sus acciones, acusando a Hamás de utilizar estructuras civiles con fines terroristas y de incrustarse en hospitales y clínicas médicas para llevar a cabo sus operaciones. En paralelo a la ofensiva en Shujaiya, las tropas israelíes continúan con sus actividades operativas en Rafah, en el extremo meridional de la Franja, eliminando a presuntos terroristas, desmantelando túneles y destruyendo puntos de lanzamiento de morteros. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha reafirmado la determinación de su país en la lucha contra el terrorismo, destacando la dureza de las batallas que se libran en la región, tanto en la superficie como en la clandestinidad. Sin embargo, las consecuencias humanitarias de esta ofensiva son devastadoras, con una Franja de Gaza convertida en un lugar casi inhabitable, con edificios destruidos, escuelas y hospitales reducidos a escombros y una población en riesgo de hambruna. La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante la escalada de violencia en Gaza, instando a un cese inmediato de las hostilidades y a la protección de los civiles atrapados en medio del conflicto. Mientras tanto, las fuentes médicas en Gaza continúan reportando muertos y heridos en cada ataque aéreo, con dificultades para acceder a las zonas más afectadas debido a la intensidad de los combates. La situación en Gaza es un recordatorio de la urgencia de encontrar una solución política y negociada a este conflicto de larga data, que ha causado sufrimiento y desolación a miles de personas en la región. La comunidad internacional no puede permanecer indiferente ante la crisis humanitaria que se vive en Gaza y debe redoblar sus esfuerzos para alcanzar una paz duradera que ponga fin al derramamiento de sangre y al sufrimiento de la población civil.