Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En 1987, mientras David Letterman entretenía a una audiencia ruidosa en Las Vegas, tres icónicos comediantes gays estaban sentando las bases para una futura generación de talento de stand-up LGBTQ. A pesar de no haber salido abiertamente en su época, Paul Lynde, Charles Nelson Reilly y Rip Taylor dejaron una marca indeleble en el mundo de la comedia con sus estilos únicos y actuaciones pioneras. Un reciente documental de Netflix, "Destacados: Una Revolución de la Comedia", arroja luz sobre la historia de la comedia de stand-up queer, celebrando las contribuciones de comediantes menos conocidos junto a nombres conocidos como Rosie O'Donnell y Margaret Cho. Sin embargo, la breve mención de Lynde, Reilly y Taylor en el documental deja una pregunta persistente: ¿por qué pasar por alto la importancia de estos pioneros que allanaron el camino, incluso si no encajaban en el molde de los comediantes políticamente cargados e introspectivos de hoy en día? A diferencia de muchos actos de stand-up contemporáneos que profundizan en traumas personales y cuestiones sociales, Lynde, Reilly y Taylor optaron por un enfoque más ligero, evitando adentrarse en sus propias luchas como hombres gays. Su comedia era una mezcla de humor y excentricidad, un reflejo del auto-odio y el miedo que aquejaba a la comunidad LGBTQ durante su era. Mientras comediantes como Hannah Gadsby y Jerrod Carmichael son elogiados por su disposición para abordar temas difíciles en el escenario, es esencial reconocer el trabajo realizado por comediantes como Lynde, Reilly y Taylor. Estos pioneros pueden no haber sido abiertamente políticos o confesionales en sus actos, pero su influencia en el panorama de la comedia es innegable. A medida que las audiencias revisan clips de estos comediantes de la era de Stonewall en plataformas como YouTube, se les recuerda un tiempo en el que ser abiertamente gay en la comedia era una propuesta arriesgada. Lynde, Reilly y Taylor pueden no haber recibido el reconocimiento que merecían en el documental, pero su legado perdura en el cambiante panorama de la comedia de stand-up queer. Su capacidad para llevar risas y entretenimiento a las audiencias mientras navegan un mundo lleno de prejuicios y discriminación habla mucho sobre su resistencia y creatividad. Mientras celebramos la diversidad de voces en la comedia actual, no olvidemos a los comediantes gays que mostraron el camino, incluso si no estaban completamente fuera del clóset.