Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La reciente orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) exigiendo a Israel detener su ofensiva militar en Rafah, en la franja de Gaza, debido al riesgo de genocidio ha generado una intensa controversia a nivel internacional. La exigencia de la CIJ ha planteado la pregunta sobre qué constituye un genocidio, su historia y quiénes pueden ser condenados por este crimen atroz. En un comunicado, el asesor de Seguridad Nacional israelí, Tzachi Hanegbil, afirmó que Israel no ha llevado a cabo operaciones militares en Rafah que puedan causar la destrucción de la población civil palestina. Sin embargo, la orden de la CIJ insta a Israel a detener cualquier acción que pueda imponer condiciones de vida que lleven a la destrucción total o parcial del grupo palestino en Gaza. La Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio, firmada en 1948, establece que el genocidio involucra actos perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Esto incluye la matanza de miembros del grupo, lesiones graves, sometimientos intencionales a condiciones de existencia que acarreen su destrucción, entre otros. La historia del término genocidio se remonta al Holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial. Fue el abogado polaco Raphäel Lemkin quien acuñó la palabra en 1944 tras presenciar la tragedia de la muerte de miles de personas a manos del gobierno nazi. Lemkin, de origen judío, perdió a 49 familiares en Auschwitz, lo que lo llevó a buscar una palabra que definiera estos crímenes atroces. La Convención establece que cualquier persona, ya sea gobernante, funcionario o particular, puede ser condenada por genocidio, asociación para cometerlo, instigación pública, tentativa o complicidad en el mismo. Además, señala que los acusados pueden ser juzgados en tribunales competentes del Estado donde se cometió el crimen o ante instancias internacionales como la CIJ. Casos históricos de genocidio como el perpetrado por el Partido Nazi en Alemania contra los judíos, el genocidio armenio por el Imperio otomano, el Holodomor en la Unión Soviética y la masacre de Srebrenica en Bosnia-Herzegovina son recordatorios de la brutalidad de este crimen contra la humanidad. La cifra de vidas perdidas en estos eventos es escalofriante y nos recuerda la importancia de prevenir y castigar el genocidio en todas sus formas. La orden de la CIJ a Israel refleja la gravedad de la situación en Rafah y la necesidad de proteger a la población civil en medio del conflicto en Gaza. El cumplimiento de esta orden y el respeto a los derechos humanos son fundamentales para evitar tragedias como las que hemos presenciado en el pasado. La comunidad internacional debe actuar en conjunto para prevenir y condenar cualquier acto de genocidio, garantizando la justicia y la paz en todo el mundo.