Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La 77ª edición del prestigioso Festival de Cine de Cannes arrancó con una mezcla de brillo, glamour y un trasfondo político y social de peso. El festival, conocido por su celebración de la excelencia cinematográfica, se vio envuelto en discusiones sobre la representación indígena, rumores del movimiento #MeToo y otros temas oportunos desde el principio. La película de apertura, "El Segundo Acto", marcó el tono del ambiente introspectivo del festival. En una escena donde un padre y una hija intercambian bromas, el actor Vincent Lindon interrumpe abruptamente la actuación, expresando su creencia de que el estado actual del mundo es demasiado grave para la comedia trivial. El estallido de Lindon encapsuló la pregunta principal que parecía cernirse sobre Cannes este año: ¿cómo deberían intersectarse los problemas del mundo real con el ámbito del cine? El director artístico de Cannes, Thierry Frémaux, se enfrentó a una avalancha de preguntas de los medios sobre asuntos globales urgentes, que iban desde conflictos en Gaza hasta el impacto del movimiento #MeToo en la industria cinematográfica francesa. Frémaux, con el objetivo de desviar al festival de la controversia, enfatizó la importancia de que Cannes siga siendo un santuario exclusivamente para la celebración del arte cinematográfico. Sin embargo, a pesar del intento del festival de existir en un ámbito intocado por las turbulencias externas, las realidades del mundo exterior inevitablemente se filtraron en la burbuja de Cannes. El festival, típicamente un refugio para la indulgencia y el escapismo cinematográfico, se vio lidiando con el peso de los problemas sociales que exigían atención. A medida que el festival se desarrolle en las próximas dos semanas, el delicado equilibrio entre el arte y el activismo seguirá siendo puesto a prueba. Cannes, cima de la excelencia cinematográfica, se encuentra ahora en una encrucijada donde los ámbitos del entretenimiento y la defensa convergen, provocando la reflexión sobre el papel del cine en reflejar y abordar las complejidades de nuestro mundo.