Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un grupo de niños de Gaza, que han sido evacuados a la aldea infantil SOS de Belén debido a la guerra en curso con Israel, están sufriendo un profundo trauma mental a pesar de estar a kilómetros de distancia del conflicto. La guerra, que ha tenido un impacto devastador en sus vidas, ha dejado a estas jóvenes almas lidiando con una variedad de emociones, desde tristeza y miedo hasta alivio y felicidad fugaz. Los niños, de dos a 14 años, recientemente emprendieron un largo viaje desde Rafah hasta Belén, una distancia que normalmente se podría recorrer en una hora pero que se extendió durante tres días debido a las complejidades de movimiento impuestas por el gobierno israelí a los palestinos. El viaje en sí, lleno de incertidumbres y desafíos, se convirtió en un tema conmovedor para estos niños mientras participaban en un taller de arte para plasmar sus experiencias. Bajo la guía del Dr. Mutaz Lubad, un experto en arte y terapia psicológica, los niños encontraron consuelo al expresar su tormento interno a través del arte. Desde recortar palabras como "Rafah" y "Belén" hasta tejer hilos brillantes para simbolizar su viaje, la creación de cada niño llevaba consigo una narrativa de su viaje emocional: el miedo de dejar su hogar, el alivio de escapar de la guerra, la ansiedad por los ruidos fuertes y los sueños de regresar a Rafah. A través de su arte, los niños revelaron sus luchas y temores, a menudo incapaces de articularlos con palabras. Los nudos en el hilo, simbolizando momentos de confusión y miedo, también retrataban la resiliencia y la esperanza mientras los niños navegaban por sus experiencias traumáticas. La sesión de arte sirvió como un medio para que los niños procesaran sus emociones y encontraran una voz para sus temores y esperanzas no expresados. A pesar de la distancia física del conflicto, las cicatrices mentales de la guerra persisten, manifestándose en ansiedad, pesadillas e insomnio entre los niños. El personal de las Aldeas Infantiles SOS, dedicado a proteger y nutrir a estas almas vulnerables, continúa sus incansables esfuerzos para proporcionar un entorno seguro y sanador para los niños. Mientras los niños se reúnen para romper su ayuno durante el Ramadán, creando lazos y encontrando consuelo en la compañía de los demás, la esencia de las Aldeas Infantiles SOS -fomentar un ambiente familiar donde los niños puedan apoyarse mutuamente- resalta. Aunque el trauma de la guerra pueda persistir, la resiliencia y camaradería entre estos niños ofrecen un destello de esperanza en medio de la oscuridad del conflicto.