Los planes del primer ministro israelí para el asalto a Rafah encienden preocupaciones globales.

Las recientes declaraciones del Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sobre un posible asalto a la ciudad sureña de Rafah en Gaza han generado temores de graves víctimas civiles y han suscitado fuertes críticas internacionales. A pesar de la creciente presión de líderes mundiales y organizaciones humanitarias, Netanyahu reiteró los planes de Israel de llevar a cabo una ofensiva terrestre en Rafah, donde más de un millón de palestinos han buscado refugio en medio del conflicto en curso con Hamás. Durante una conferencia de prensa en Jerusalén junto al Canciller alemán Olaf Scholz, Netanyahu aseguró que los civiles en Rafah no serían abandonados, declarando: "Nuestro objetivo de eliminar los batallones terroristas restantes en Rafah va de la mano con permitir que la población civil se vaya. No es algo que haremos dejando a la población atrapada en su lugar". La posibilidad de un asalto israelí a Rafah ha suscitado preocupaciones sobre el potencial de graves víctimas civiles, con Scholz advirtiendo que tal operación haría "muy difícil" la paz regional. La determinación de Netanyahu de seguir adelante con la ofensiva se produce en medio de los esfuerzos por lograr un alto el fuego en Gaza, donde Israel ha estado involucrado en una campaña militar contra Hamás durante varios meses. Críticos, incluyendo al Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y al jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, han instado a Israel a priorizar la protección de civiles y han advertido contra el asalto a Rafah. Las tensiones en aumento y la amenaza de más violencia han dejado a los palestinos en Rafah sintiéndose aprensivos y vulnerables, con temores crecientes sobre la seguridad y el bienestar de aquellos atrapados en la zona de conflicto. A medida que la situación en Gaza continúa deteriorándose, la comunidad internacional está monitoreando de cerca los acontecimientos y exhortando a todas las partes a priorizar la protección de civiles y trabajar hacia una resolución sostenible del conflicto de larga data. A pesar de la creciente presión y críticas, Netanyahu se mantiene firme en su postura, enfatizando que Israel no retrocederá hasta lograr todos sus objetivos en el conflicto. La violencia en curso en Gaza ya ha cobrado miles de vidas y ha desplazado a millones de personas, subrayando la necesidad urgente de una resolución pacífica y sostenible a la crisis que ha asolado la región durante demasiado tiempo.