Juan Brignardello Vela
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El jefe de derechos humanos de las Naciones Unidas ha lanzado una severa advertencia sobre la crisis en escalada en Sudán, con preocupaciones sobre posibles crímenes de guerra y el uso de la violencia sexual como arma en el conflicto. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, se dirigió al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, pintando un sombrío panorama de la situación en Sudán. Turk destacó la negación deliberada de acceso seguro a agencias humanitarias dentro del país devastado por la guerra, afirmando que esto podría potencialmente constituir un crimen de guerra. Turk describió a Sudán como una "pesadilla viviente", con casi la mitad de la población, un asombroso 25 millones de personas, en desesperada necesidad de alimentos y ayuda médica. Señaló que alrededor del 80 por ciento de los hospitales en el país han quedado inoperables, exacerbando la crisis humanitaria. El conflicto continuo en Sudán, principalmente entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) paramilitares y el ejército del país, ha resultado en una devastación generalizada. Turk señaló que ambos bandos han mostrado un desprecio despiadado por la vida humana, con miles de muertos y millones desplazados. El uso de artillería pesada en áreas densamente pobladas ha exacerbado aún más el sufrimiento de los civiles. Un aspecto particularmente alarmante del conflicto destacado por Turk es el uso de la violencia sexual como arma de guerra. Reveló que la violencia sexual relacionada con el conflicto, incluida la violación, ha sido un rasgo despreciable y definitorio de la crisis en Sudán. El jefe de derechos humanos de la ONU documentó numerosos incidentes de violencia sexual, dirigidos principalmente a mujeres y niñas, con las RSF implicadas en una parte significativa de estas atrocidades. Además, un informe al Consejo de Seguridad de la ONU detalló la extensa violencia sexual perpetrada por las RSF y su milicia afiliada. El informe destacó horribles incidentes de violación y secuestro, con víctimas de tan solo 14 años sometidas a estos actos atroces. El panel de expertos subrayó que tales acciones, junto con ataques desproporcionados a civiles y destrucción de infraestructura crítica, constituyen crímenes de guerra según el derecho internacional. Turk enfatizó la necesidad urgente de rendición de cuentas para quienes son responsables de estas graves violaciones de derechos humanos. Hizo un llamado a la comunidad internacional para que reenfoque su atención en la crisis en Sudán antes de que la situación se deteriore aún más, subrayando que el futuro del pueblo sudanés está en juego. Mientras el mundo lidia con las crisis y conflictos en curso, la situación del pueblo de Sudán sirve como un recordatorio contundente de la necesidad urgente de tomar medidas para prevenir más sufrimiento y atrocidades. Las atrocidades cometidas en Sudán subrayan la importancia de cumplir con el derecho internacional humanitario y garantizar que los perpetradores de crímenes de guerra sean llevados ante la justicia.