Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El 21 de febrero de 1934 quedó marcado como el día en que Augusto C. Sandino, el líder guerrillero nicaragüense que desafió al ejército de Estados Unidos, fue traicionado y asesinado en una emboscada. Este trágico suceso, que se cumplen 90 años, puso fin a la vida de un hombre cuyo legado continúa generando debate en Nicaragua. Sandino había sido clave en la lucha contra la intervención estadounidense en Nicaragua, liderando una guerrilla que contaba con el respaldo de las comunidades campesinas y que logró importantes victorias contra las fuerzas extranjeras. Sin embargo, su muerte en manos de la Guardia Nacional marcó un punto de inflexión en la historia del país centroamericano. La versión oficial apunta a que Anastasio Somoza, quien posteriormente se convertiría en un dictador que gobernaría Nicaragua por más de cuatro décadas, planeó el asesinato de Sandino en complicidad con miembros de la Guardia Nacional. Somoza llegó a declarar que recibió la orden del embajador estadounidense, Arthur Bliss Lane, aunque algunos expertos ponen en duda esta versión. La figura de Sandino se ha convertido en un símbolo de resistencia y soberanía nacional para muchos nicaragüenses, mientras que para otros es un personaje controvertido, con opiniones encontradas sobre su legado y sus intenciones políticas. A pesar de ello, su lucha contra la intervención extranjera y su visión de reforma agraria han dejado una huella imborrable en la historia de Nicaragua. La influencia de Sandino no se limita únicamente a su país natal, sino que también ha tenido repercusiones en América Latina, donde su movimiento antiimperialista y nacionalista ha servido de inspiración para otros movimientos de solidaridad en la región. A pesar de las diferencias en la interpretación de su legado, es innegable que Sandino ha dejado una marca profunda en la historia política de Nicaragua y más allá.