Juan Brignardello Vela
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El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, ha emitido una advertencia a Israel, afirmando que pagarán un precio "en sangre" por la muerte de civiles libaneses. Esto ocurre después de que un ataque aéreo israelí resultara en la muerte de 10 civiles libaneses, incluyendo cinco niños. Nasrallah hizo estas declaraciones durante un discurso televisado el viernes, enfatizando que la masacre solo fortalecería la determinación de Hezbollah. También mencionó que el grupo aumentaría su presencia, fuerza y operaciones. Poco después del discurso de Nasrallah, Hezbollah afirmó haber atacado una instalación del ejército israelí en territorio ocupado con misiles. El conflicto en curso entre Hezbollah y el ejército israelí se ha intensificado a lo largo de la frontera entre Líbano e Israel. La violencia comenzó cuando Hamas, aliado palestino de Hezbollah, lanzó un ataque desde la Franja de Gaza hacia Israel. En respuesta, Israel llevó a cabo un fuerte bombardeo en Gaza. Estos ataques transfronterizos han resultado en la muerte de más de 200 personas en Líbano, incluyendo combatientes de Hezbollah, soldados israelíes y civiles. Los funcionarios de Hezbollah han declarado que cesarán sus ataques a los puestos militares israelíes una vez que termine el asalto de Israel a Gaza. Sin embargo, existen preocupaciones de que la situación pueda convertirse en un conflicto total, con decenas de miles de personas desplazadas y tensiones regionales alcanzando nuevos niveles. Se han realizado esfuerzos para detener la violencia, incluyendo una propuesta presentada por Francia a Líbano e Israel con el objetivo de poner fin a las hostilidades y resolver la disputa fronteriza entre Líbano e Israel. El portavoz del secretario general de las Naciones Unidas, Stephane Dujarric, también ha pedido el fin de la violencia. Mientras tanto, el primer ministro interino de Líbano, Najib Mikati, instó a la calma y condenó los ataques a civiles. En el lado israelí, el ministro de Relaciones Exteriores, Israel Katz, afirmó que Hezbollah es un proxy controlado por Irán y que Israel actuará para eliminarlos de la frontera si no se encuentra una solución diplomática. También hizo un llamado a los líderes mundiales para que presionen a Hezbollah e Irán para que detengan los ataques. En medio de estos acontecimientos, el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amir-abdollahian, reafirmó que la guerra no es una solución. Sin embargo, elogió a Hezbollah y a la resistencia en Líbano por su papel en disuadir y desafiar los ataques de Israel. También afirmó que Irán seguirá apoyando firmemente a la resistencia en Líbano, ya que consideran la seguridad de Líbano como propia y la de la región.