Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Un ataque aéreo israelí contra una escuela en la ciudad de Gaza, que funcionaba como refugio para civiles desplazados, ha dejado al menos 25 muertos y decenas de heridos, según informes de los servicios de emergencia locales y medios de comunicación. Este trágico incidente marca el tercer ataque a instituciones educativas en un lapso de solo cuatro días, lo que genera alarmas sobre la seguridad de los civiles en el conflicto en curso. El ejército israelí afirmó que el ataque aéreo tenía como objetivo a "terroristas" asociados con Hamas, específicamente dirigidos a centros de mando y control ubicados dentro de la escuela Hassan Salame, donde ocurrió el ataque. Sin embargo, las consecuencias del ataque fueron devastadoras para la población civil, con informes que indican que la mayoría de las víctimas eran mujeres y niños. Mahmoud Basal, un portavoz de la Defensa Civil Palestina, expresó su horror al presenciar las secuelas, afirmando: "Justo frente a mí, había un niño de 5 años muriendo. ¿Qué tiene eso que ver con el 7 de octubre?" Sus comentarios subrayan el trágico costo que tales acciones militares tienen sobre vidas inocentes. El ejército israelí aseguró que había tomado medidas extensas para minimizar las bajas civiles, enfatizando el uso de municiones de precisión y operaciones de inteligencia antes del ataque. Sin embargo, no proporcionó información detallada sobre cómo garantizó la seguridad de aquellos en las cercanías. Esta falta de claridad ha suscitado más preocupaciones sobre el impacto de las operaciones militares en áreas densamente pobladas, donde los civiles tienen poco recurso para encontrar seguridad en medio de las hostilidades en curso. En los días previos al ataque aéreo en la escuela Hassan Salame, se habían producido tragedias similares. Un ataque en la escuela Hamama resultó en 17 muertes, mientras que otro ataque en la escuela Dalal al-Mughrabi dejó 15 muertos. Estas escuelas, que se han convertido en refugios improvisados para miles de residentes desplazados forzados a abandonar sus hogares desde el estallido de la violencia el 7 de octubre, se han encontrado cada vez más en el punto de mira del conflicto. Videos que circulan en las redes sociales capturan el caos y la devastación, con escenas de incendios, multitudes en pánico y la dura realidad de vidas perdidas. Las perspectivas internacionales sobre el conflicto destacan las complejidades de la guerra en entornos urbanos, donde las poblaciones civiles quedan atrapadas en el fuego cruzado. El ejército israelí ha sostenido que Hamas utiliza estructuras civiles como escudos, una defensa frecuente ante las crecientes críticas por las altas cifras de bajas civiles. Sin embargo, expertos en derecho internacional sostienen que Israel tiene la responsabilidad de salvaguardar a los civiles, independientemente de las tácticas empleadas por las fuerzas opositoras. Una evaluación de las Naciones Unidas ha revelado que casi el 85 por ciento de las escuelas de Gaza han sido destruidas o dañadas durante el conflicto en curso, y más de la mitad de los edificios escolares están siendo utilizados como refugios que sufrieron impactos directos. Esta alarmante estadística subraya la urgente necesidad de reevaluar las estrategias militares en zonas de conflicto y la importancia de proteger a las poblaciones vulnerables de los estragos de la guerra. A medida que la situación continúa desarrollándose, la comunidad internacional observa de cerca, lidiando con las implicaciones humanitarias de la violencia en escalada y la urgente necesidad de una resolución que priorice la seguridad y el bienestar de los civiles atrapados en el fuego cruzado.