Las tensiones aumentan mientras Israel y Hezbollah chocan en medio de temores de un conflicto más amplio.

El domingo, las tensiones a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano estallaron cuando tanto Hezbolá como el ejército israelí intercambiaron disparos, lo que generó preocupaciones sobre una posible escalada hacia un conflicto más amplio. Los intercambios limitados se producen tras el asesinato de un alto comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, por parte de las fuerzas israelíes, un evento que anteriormente había provocado amenazas de represalias significativas por parte del grupo militante. Hezbolá afirmó haber lanzado una serie de cohetes dirigidos al pueblo israelí de Beit Hillel. Sin embargo, los primeros informes indican que el ataque no escaló a la gran represalia de la que Hezbolá había advertido tras el asesinato. Imágenes que circulan en las redes sociales mostraron el sistema de defensa Cúpula de Hierro de Israel interceptando múltiples cohetes, y el ejército israelí informó que, aunque algunos proyectiles cayeron en áreas abiertas, uno aterrizó en las proximidades del pueblo sin causar heridas. El enfrentamiento parece ser una respuesta directa a los ataques aéreos israelíes realizados más temprano en el día en el sur de Líbano, que Hezbolá afirma resultaron en víctimas civiles. En estos ataques aéreos, Israel afirmó haber atacado posiciones de Hezbolá en Kfar Kila y haber eliminado a Shukr, a quien relacionaron con recientes ataques con cohetes que resultaron en la trágica muerte de 12 menores en una zona controlada por Israel. Sin embargo, Hezbolá ha negado cualquier participación en ese ataque. Las hostilidades en curso entre Israel y Hezbolá han persistido durante meses, caracterizadas por un intercambio de fuego pero sin llegar a una guerra a gran escala. En las últimas semanas, Hezbolá ha lanzado miles de cohetes y drones contra Israel, posicionándose como un aliado de Hamás, el grupo militante palestino también respaldado por Irán. En respuesta, Israel ha retaliado con ataques aéreos y artillería, lo que ha llevado a la evacuación de decenas de miles de residentes de las áreas afectadas. La situación se ha escalado aún más tras los recientes asesinatos no solo de Shukr, sino también de Ismail Haniyeh, el líder político de Hamás, en Teherán. Estos desarrollos han incrementado la ya tensa atmósfera, con el aumento de temores sobre la posibilidad de ataques coordinados contra Israel desde múltiples frentes. Si bien Israel no ha reconocido oficialmente su papel en la muerte de Haniyeh, informes sugieren que funcionarios israelíes han informado a Estados Unidos y a otras potencias occidentales sobre las operaciones que llevaron al asesinato. Mientras tanto, tanto Hamás como Irán han condenado las acciones, intensificando los llamados a la retribución contra Israel. Los eventos recientes han diezmado cualquier perspectiva de un alto el fuego, ya que la retórica de ambas partes sugiere una falta de voluntad para desescalar. Con la situación en constante evolución, la comunidad internacional observa de cerca, consciente del frágil equilibrio que actualmente existe en la región. A medida que continúa el intercambio de fuego, la pregunta que se cierne es: ¿hasta dónde se intensificarán las hostilidades antes de que se pueda buscar una resolución?