Italia "Todavía hay mañana" supera a Barbie, encendiendo conversaciones feministas.

Italia "Todavía hay mañana" supera a Barbie, encendiendo conversaciones feministas.

En el verano de 2023, "C'è ancora domani" de Italia superó a "Barbie", lo que generó un discurso feminista en medio de cambios políticos y tragedias recientes.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo

En el verano de 2023, el paisaje cinematográfico estuvo dominado por el vibrante y rosa intenso mundo de "Barbie", una película que cautivó a audiencias de todo el mundo, acumulando más de 1 mil millones de dólares en ingresos de taquilla. Sin embargo, en Italia, surgió una narrativa diferente, una que resonó profundamente con el público local y los críticos por igual. "C'è ancora domani", o "Aún hay mañana", una dramedy feminista en blanco y negro ambientada en la Roma de la posguerra, no solo ha superado a "Barbie" en taquilla en Italia, sino que también ha generado una conversación cultural significativa. La película, coescrita, dirigida y protagonizada por Paola Cortellesi, obtuvo seis premios en los prestigiosos Premios David di Donatello, lo que ilustra su aclamación crítica. Cuenta la historia de Delia, una mujer atrapada en un marco patriarcal, que soporta el abuso de su violento esposo, Ivano. La trama se desarrolla en un contexto de Italia de posguerra, donde las luchas de Delia simbolizan la lucha más amplia contra el sexismo sistémico. La película culmina en un momento de empoderamiento cuando Delia emite su voto, un acto conmovedor que sirve como metáfora para reclamar la agencia en un mundo dominado por la autoridad masculina. Lo que hace que "Aún hay mañana" sea particularmente convincente no es solo su narrativa, sino el contexto en el que ha surgido. Italia ha sido testigo de un resurgimiento del interés en narrativas históricas que reflejan las luchas de las mujeres contra la opresión patriarcal. Esta inclinación ha sido reforzada por éxitos literarios recientes, como las novelas napolitanas de Elena Ferrante, que han reavivado la conversación nacional en torno al empoderamiento femenino, aunque a través del prisma del pasado. El éxito de la película puede atribuirse en parte a su enfoque accesible del feminismo. Al situar la historia en un contexto histórico, ofrece una distancia cómoda de las luchas feministas contemporáneas, permitiendo al público celebrar las victorias del pasado sin confrontar los desafíos actuales. Esto crea una narrativa que es fácilmente digerible, lo que permite incluso a aquellos que pueden no identificarse con el movimiento feminista encontrar un terreno común. Curiosamente, la recepción de la película se desarrolla en un contexto de cambios políticos en Italia, donde la coalición de derecha liderada por la primera ministra Giorgia Meloni ha promovido políticas alineadas con valores familiares conservadores. Irónicamente, mientras Meloni ha elogiado públicamente "Aún hay mañana", su administración también ha defendido legislación que algunos argumentan socava los derechos de las mujeres, notablemente en el ámbito de la salud reproductiva. Esta dicotomía resalta la compleja relación entre la cultura popular y la política, revelando cómo las narrativas pueden ser cooptadas o apreciadas dentro de diferentes marcos políticos. La reciente tragedia en torno al asesinato de Giulia Cecchettin, de 22 años, también ha dado nueva vida al discurso feminista en Italia. La apasionada súplica de su hermana para que el estado sea responsable por su fracaso en proteger a las mujeres ha galvanizado el sentimiento público y ha desatado protestas que exigen un cambio sistémico. Este cambio de una narrativa de resistencia silenciosa, como la encarnada por Delia, a una de resistencia vocal ilustra un deseo creciente de acción más directa contra la violencia de género. Mientras "Aún hay mañana" sirve como un hito cultural, también plantea preguntas críticas sobre la naturaleza de la resiliencia y el heroísmo femenino. Al retratar a una protagonista que encarna la resistencia estoica en lugar de la rebelión abierta, la película puede reforzar involuntariamente una narrativa que prioriza el sufrimiento sobre el activismo. Al hacerlo, corre el riesgo de restar importancia a la urgencia de las luchas feministas contemporáneas, donde la ira y la acción son catalizadores necesarios para el cambio. A medida que Italia lidia con sus narrativas históricas y realidades contemporáneas, "Aún hay mañana" se erige como una celebración del pasado y un recordatorio del trabajo que queda por hacer. La popularidad de la película subraya un anhelo colectivo por historias de empoderamiento femenino, pero también destaca la importancia de abordar los desafíos presentes que las mujeres continúan enfrentando. En una era donde las voces femeninas son cada vez más vitales, la transición de la resistencia pasiva a la resistencia activa puede ser la clave para fomentar un cambio significativo.

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