El secretario de Defensa revoca el acuerdo de culpabilidad del cerebro del 11-S, desatando una nueva batalla legal.

El secretario de Defensa revoca el acuerdo de culpabilidad del cerebro del 11-S, desatando una nueva batalla legal.

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, revocó un acuerdo de culpabilidad para el cerebro de los atentados del 11 de septiembre, Khalid Shaikh Mohammed, reabriendo la posibilidad de sentencias de muerte.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Guerra

En un giro dramático de los acontecimientos en Guantánamo Bay, el Secretario de Defensa Lloyd J. Austin III ha revocado un acuerdo de culpabilidad que involucraba a Khalid Shaikh Mohammed, el presunto cerebro detrás de los ataques del 11 de septiembre, junto con dos cómplices. Esta decisión marca un cambio significativo en los procedimientos legales de larga data relacionados con uno de los actos terroristas más importantes en la historia de Estados Unidos. El anuncio del Pentágono el viernes también incluyó la destitución de la general de brigada en retiro Susan K. Escallier de su puesto como supervisora de las comisiones militares, un papel crucial para la acusación de Mohammed, Walid bin Attash y Mustafa al-Hawsawi. Solo unos días antes, el miércoles, Escallier había firmado un acuerdo que permitiría a los acusados declararse culpables a cambio de penas de cadena perpetua, una resolución que había estado en negociación durante más de dos años. El acuerdo parecía ofrecer un camino hacia el cierre de un caso que ha estado estancado en audiencias preeliminares desde 2012. Sin embargo, la decisión de Austin de asumir la supervisión directa del caso y su posterior cancelación del acuerdo de culpabilidad ha reavivado la posibilidad de una sentencia de muerte para los acusados. En su memorando, Austin enfatizó la gravedad de la decisión, afirmando que "la responsabilidad de tal decisión debería recaer en mí". Al retirar formalmente los acuerdos, ha revertido los procedimientos legales a su estado anterior, lo que incluye la posibilidad de pena capital. Las implicaciones de esta decisión son profundas, no solo para los acusados, sino también para las familias de casi 3,000 personas que perdieron la vida en los ataques del 11 de septiembre. Algunos miembros de las familias expresaron frustración y enojo por la revocación del acuerdo de culpabilidad, temiendo que esto prolongara aún más su búsqueda de justicia. El acuerdo había sido visto por algunos como un paso hacia la resolución, uno que podría haber brindado un sentido de cierre tras más de dos décadas de batallas legales y retrasos procesales. La decisión de Austin se produce en un momento en que el gobierno de EE. UU. continúa lidiando con su enfoque hacia las comisiones militares y las complejidades de enjuiciar casos de terrorismo. El movimiento también plantea preguntas sobre el futuro de las comisiones militares como un marco legal viable y las implicaciones más amplias para la política de contrarrestar el terrorismo en EE. UU. A medida que el caso avanza, las apuestas siguen siendo altas, y los ojos de la nación—y del mundo—estarán centrados en Guantánamo Bay. Los próximos procedimientos no solo determinarán el destino de los acusados, sino que también simbolizarán la lucha continua de América con el legado del 11 de septiembre y la búsqueda de justicia en una era marcada por desafíos sin precedentes y paisajes legales en evolución.

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